Ibrahima es ese amigo que llega cuando la fiesta está apagada y levanta al personal. Un tío optimista que no da balón por perdido, que no se cansa de tirar desmarques. Sus formas no son las más estéticas, pero su energía contagia. Ibra es un agitador. La carrera que le gana a Unai García resume su estilo. El control del balón es malo y la ventaja es del zaguero, pero el senegalés persigue su presa. Falla Unai y se abre una autopista para Ibra, que acelera, frena y vuelve a acelerar. Sirve a Folch, que llegaba acompañando la jugada. El delantero trabaja en busca de minutos mientras Anquela se ha limitado a darle cabida en las segundas partes, cuando se busca una reacción. Aún está por ver su capacidad saliendo en el once inicial, pero de momento oposita a especialista en las segundas partes. Como agitador.