Al acabar del choque, con el enfado por la derrota y las pulsaciones por las nubes tras la reyerta final (varios jugadores rojillos se fueron a por Christian Fernández), Osasuna mostró su furia en el túnel de vestuarios y en la caseta, con patadas y puñetazos en la puerta, como denunciaron trabajadores del Oviedo. Su director deportivo, Braulio, fue denunciado por el árbitro en el acta por su irrupción en el césped. "Braulio Vázquez, tras finalizar el partido entró en el terreno de juego y llegando hacia mi posición se llevó el dedo a la cara en al menos dos ocasiones y se dirigió a mí en los siguientes términos: "ya lo verás, ya lo verás"", dice el acta.