El Oviedo valiente, decidido y con brío de la primera parte dio paso tras el descanso a la versión tímida que suele surgir cuando los rivales aprietan. El gol del Mallorca a los 52 minutos, en su primera llegada al área de Champagne, golpeó a la confianza azul, incapaces los de Anquela de recuperar desde entonces las buenas sensaciones del primer acto. El 1-1 final resume las virtudes y defectos del Oviedo y deja al equipo en mitad de la tabla, algo más lejos del play-off.

Anquela apostó por mantener el sistema aunque con matices. Mismo dibujo, distinta interpretación. Carlos Hernández entró en la línea de tres centrales y Christian fue el damnificado. Bárcenas hizo de carrilero con alma de extremo por Johannesson. Joselu se acostó en la derecha en el ataque, dejando el rol de nueve a un Ibra en estado de gracia. Fue el 5-2-3 de las últimas semanas pero con mayor vocación ofensiva. Y con cambio en la meta: debutaba Champagne en la Liga.

Bárcenas presentó la profundidad del Oviedo recibiendo de Berjón en el área, pero su pelota se fue arriba. Era el primer minuto. A los 8´ llegó el premio. Córner en corto que llega a Tejera, en la frontal. El chut del pivote iba desviado pero Ibra se cruzó con la trayectoria para adaptar el cuello y cabecear a la red. Un delantero con estrella, puntos asegurados.

A los doce minutos, de nuevo Tejera. Su zurdazo se fue desviado. Antes de la media hora volvió a visitar el Oviedo el área mallorquinista. La zaga evitó la media vuelta de Ibra y Parera detuvo el intento de Folch. La sensación a la media hora es que el Oviedo, esta vez sí, había salido a por el encuentro. La ocasión más clara en la primera mitad, al margen del gol, llegó a balón parado. La puso tibia Berjón, justo al lugar al que acudía Carlos Hernández, libre de marca. Su toque con el flequillo se fue rozando el poste.

Al descanso, el choque tenía claro color azul: el Mallorca no había tirado en los primeros 45 minutos. Pero el fútbol es caprichoso y la primera vez que los visitantes pisaron el área carbayona encontraron el botín. Aridai midió, y ganó a Mossa, en la banda, centró y del choque de Carlos Hernández y Lago Junior salió un balón a la red. Primera llegada, daño irreversible: Un clásico en las últimas semanas. El Oviedo acusó el golpe. Los de Anquela empezaron a temblar, especialmente a balón parado. Pedraza y Xisco Campos rozaron el gol con sendos cabezazos. El Oviedo reclamó penalti entre medias en un remate de Ibra. En todo caso, el partido parecía no tener dueño. Ibra volvió a estar en la diana cuando a los 78 minutos recortó antes de ser trabado por Campos. El Tartiere clamó por un penalti que el colegiado no señaló y Foch tuvo la siguiente con un cabezazo con escasa fe.

Probó hasta el final el Oviedo, insistente, ya con Toché acompañando a Ibra en el ataque, pero la zaga bermellona defendió con orden el punto que tenía en la mano. La última fue visitante: Aridai encaró a Campagne, pero el meta, valiente al suelo, se llevó el duelo. El empate sabe poco a un Oviedo anclado a la zona templada de la tabla.