La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cuatro centrales en el once, portero grandullón y séptimo gol de córner

Hay una sangría a balón parado que está cogiendo tintes misteriosos en el Oviedo. El equipo de Anquela es un drama a balón parado sin que nadie sepa explicar nada. No hay porqués, como no los hubo la jornada pasada cuando Anquela cambió de portero. Ayer el Oviedo jugó con cuatro centrales puros en el equipo titular: Carlos Hernández, Forlín, Alanís y Christian Fernández (éste último, presentado por la megafonía de Riazor de carrilero). Se supone que los cuatro van bien por arriba. Y se supone que la titularidad de Champagne, más alto y con más presencia que Alfonso, también tiene un poco de eso. De frenar semejante chorreo. Pero no. Ayer otro gol en contra a balón parado. El noveno de la temporada en 13 jornadas. El séptimo que le meten de córner. Los azules flaquean en lo que mejor tuvieron la temporada pasada. Alguien tendrá que salir a explicarlo. O quizá no tenga explicación. "No sé".

Alanís fue el fichaje de más relumbrón mediático. Tardó en entrar, jugó 17 minutos en Alcorcón y se lesionó. Recuperación pausada. Ayer fue titular de central izquierdo por Javi Hernández. Pasó de la grada al once sin parada en el banquillo. Alanís, talento con el balón, mejora claramente esta zaga renqueante. Buena prueba para ser titular en el derbi, que además es un partido que interesa en México. Allí es un ídolo.

Compartir el artículo

stats