La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Deudas pendientes en Canarias

Oviedo y Las Palmas se enfrentan el domingo en Gran Canaria con la promoción de la temporada 1997-98 en el recuerdo - "Metí dos goles y dejé de ser un canterano", relata Iván Ania "El arbitraje nos mató", dicen exjugadores amarillos

final del partido ante Las Palmas, en Gran Canaria. LNE

Declaraciones cruzadas. Tensión en ambos bandos. Estadios que aprietan de lo lindo e incluso noches sin poder pegar ojo en el hotel, con los aficionados en pie de guerra y cacerolada incluida. Fútbol de los noventa en toda su efervescencia y dos equipos al límite: uno con la ilusión de ascender y otro con la ansiedad de no caer destronado. El Oviedo y Las Palmas se verán las caras este fin de semana en Gran Canaria (domingo, 20.30 horas), más de veinte años después de un duelo, el de la promoción de la temporada 1997-98, aún muy recordado en los protagonistas de ambos bandos.

El del domingo es el plato fuerte de la jornada en Segunda División, siendo azules y amarillos dos equipos con una gran historia detrás y una masa social envidiable. Ambos figuran en la clasificación histórica de Primera División -17.º los asturianos y 20.º los canarios- y aspiran a regresar a la máxima categoría lo antes posible. Quizá con más urgencia Las Palmas, recién descendido a Segunda y con la ventaja del límite salarial. Mucho han cambiado las cosas desde el 98, cuando el Oviedo, con Óscar Washington Tabárez como entrenador -ahora dirigiendo a Uruguay-, acabó 18.º en la Liga y se jugó el descenso a Segunda con Las Palmas, que terminó tercero en Segunda. La ida se jugó en el Tartiere, con un cómodo 3-0 para los ovetenses. Tres días después, en el Insular, antiguo estadio de Las Palmas, se jugó la vuelta. Al final un apretado 3-1 para el Oviedo, que sufrió de lo lindo ("pocas veces lo pasé tan mal en un palco", admite Eugenio Prieto, expresidente azul). La historia de la promoción -mediación policial incluida- da para mucho.

"De esa eliminatoria lo recuerdo absolutamente todo. En el Tartiere antiguo había más gente de la que cabía. En la ida llegamos con muchas bajas y fuimos capaces de ganar 3-0. En lo personal fue un partido muy importante para mí. Metí dos goles y el oviedismo dejó de verme como un canterano. Tenía 21 años", asegura Iván Ania, exjugador azul, que ahora triunfa como entrenador del Racing, líder indiscutible del Grupo 2 de Segunda B. El ovetense, que fue entrenador del Vetusta hace varias temporadas, anotó los dos primeros goles del Oviedo en el viejo Tartiere. "Uno de penalti y otro en un rechace, un momento muy feliz de mi carrera", explica el técnico.

La vuelta en las Islas ya no la recuerda con tanto cariño. "Fue a los tres o cuatro días. En Canarias nos intentaron hacer la estancia lo más difícil posible. La noche antes casi ni pudimos dormir, porque la gente de Las Palmas fue a molestarnos al hotel. El ruido era tremendo. En el partido nos pusimos 0-1 con el famoso gol de Gamboa, pero con el 3-1 pasamos verdaderamente mucho miedo. El sufrimiento fue tremendo. Me acuerdo que el Insular era pequeño y con la gente muy encima, apretaban mucho", explica el exjugador. Ania resalta la figura de Tabárez, entrenador por aquel entonces, que anunció que no seguiría como técnico del Oviedo tras la vuelta ante La Palmas. "Era un entrenador con las ideas muy claras. Venía del Milán con un método del tipo italiano muy definido. Muchas cosas que hay ahora en El Requexón son gracias a él. Profesionalizó el club, empezamos a viajar en avión y puso hasta secadores de pelo en el vestuario. Siempre le estaré agradecido", finaliza el ovetense.

El que no lo pasa muy bien rememorando la eliminatoria ante Las Palmas es Eugenio Prieto, que era presidente azul en esa etapa. "Durísimo, un momento durísimo por el sufrimiento. Todos los de Segunda querían que les tocase el Oviedo, creían que estábamos desahuciados y que bajaríamos. Sabino López (que posteriormente fue presidente del Oviedo) era el gerente de Las Palmas", sitúa Prieto. "La ida fue bien, pero en la vuelta, en el hotel, tuvimos que cambiar a los jugadores de habitaciones porque no nos dejaban dormir los aficionados de Las Palmas. No podíamos ni salir a pasear y tuvo que venir la Policía a protegernos. Luego en el palco los de Las Palmas brincaban con los goles como auténticos hooligans. El alcalde era Soria (que fue ministro de Industria). ¡Qué mal lo pase! Menos mal que metió Gamboa, que además hizo un derroche físico impresionante". Precisamente Gamboa pudo jugar la vuelta gracias a que el Comité de Competición le otorgó la cautelar tras su expulsión en la ida. "A pesar de pasarlo tan mal, no tengo mal recuerdo de esa temporada. Teníamos el presupuesto 18 y había gente que quería que jugásemos la Copa de Europa. Tabárez es un entrenador como la copa de un pino e hizo un trabajo sensacional", señala.

El bando canario recuerda con mal sabor de boca la promoción. Se queja del arbitraje, especialmente del de Iturralde González, que pitó en el Tartiere y les obligó a cambiar el color de las medias, algo que irritó sobremanera a los canarios. Habla Víctor Alfonso, exjugador de Las Palmas. "En la ida vimos a Díaz Vega salir del vestuario con Iturralde. Semanas antes había hecho unas declaraciones diciendo que Asturias no se podía permitir dos equipos en Segunda (el Sporting descendió ese año). Sabíamos que estaba todo escrito. Ahora Iturralde da muchas clases en televisión, pero ese día nos mató. Nos pitó un penalti de juzgado de guardia y la expulsión de Paquito fue injusta. Se puso una venda en los ojos. El Oviedo tenía mejor equipo, pero les favoreció mucho el arbitraje. Iván Ania, que era un chavalín, se rió de nosotros con el 3-0 al final y en el partido de vuelta fuimos a por él. El entrenador tuvo que quitarlo porque tenía amarilla y lo iban a expulsar. Le dijimos de todo", asegura.

El exjugador asturiano Óscar Luis Celada, médico de la selección española y del Atlético de Madrid en la actualidad, exfutbolista del Sporting (cinco temporadas), estaba en las filas de Las Palmas en esa promoción de ascenso. No se olvidará del recibimiento del Tartiere en la ida. "En el calentamiento, en la banda del Tartiere, me pusieron a parir, jamás había visto tanta rabia. Ahora me río, pero me costó algún disgusto. Había jugado en el Sporting muchos años, pero nunca tuve ningún problema con el Oviedo", rememora Celada, que atribuye el recibimiento a un titular en la prensa asturiana en la semana antes que expresaba su deseo de que el Oviedo acompañase al Sporting en Segunda. "Yo quería subir con Las Palmas, que me explique alguien si había alguna forma sin que bajara el Oviedo. Visto en el titular parecía dicho con saña", rememora el exjugador. "El Oviedo tenía un equipazo, hizo méritos, y nosotros, lo que pudimos", finaliza. El domingo regresa el duelo canario-asturiano.

Compartir el artículo

stats