Aquella salida de Martín Mantovani del Oviedo tuvo tintes novelescos. Una supuesta oferta del Nancy, de la Primera División francesa. Un presunto agente que agilizaría la operación. Los recelos del Oviedo por los movimientos. Y al final, todo desmontado: ni oferta, ni representante. "Mi salida del Oviedo es fruto de un engaño a gran escala", se defendería el argentino tras confirmar el club azul que sería cedido aquella temporada, la 2013-14, al Leganés cuando le quedaba otro año de contrato con los azules. El falso agente había mareado al futbolista con un interés francés que nunca existió. Un lustro más tarde, y tras convertirse en historia del Leganés, Mantovani, 34 años, se enfrenta al Oviedo intentando asentarse en la zaga de los de Herrera.

La marcha de Christian Fernández, 33 años, de Las Palmas tras la 2014-15 no dio tantas vueltas. Fue más sencilla de explicar: el cántabro no había sido indiscutible (había participado en 16 partidos, 9 como titular) y el ascenso a Primera no le dejaba sitio en la plantilla amarilla. Fue cedido al Huesca en una despedida dulce, siempre es así tras un éxito, pero una despedida al fin y al cabo. Ponía fin a su segunda etapa como amarillo, tras la vivida en el curso 2007-08. Como Mantovani, Christian busca ahora aprovechar las bajas para recuperar su sitio en el eje de la zaga.

Mantovani firmó este verano con Las Palmas buscando añadir otro éxito a su currículum, que muestra una carrera que estará marcada siempre por su contribución en Butarque: llegó al Lega en Segunda B y lo dejó en Primera tras cinco temporadas en las que, salvo en la última, fue indiscutible. Pero sus primeros pasos en Las Palmas no han sido sencillos. El argentino sólo suma cuatro partidos, tres como titular, con los insulares. En el estreno de Herrera en el banquillo, el técnico apostó por Mantovani. Aunque el 4-1 del Carranza evidenció la falta de rodaje del zaguero.

Para Christian, la temporada está significando su regreso al centro de la zaga, tras un pasado como lateral izquierdo. Con la ausencia de Forlín ha encontrado otro hueco en la derecha, adaptándose a un perfil poco natural. Hoy será una de las bazas de Anquela para frenar al temible ataque de Las Palmas.