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Un encuentro con huella

El sutil toque de Tomic

La última victoria del Oviedo frente al Málaga, rival de mañana, fue en diciembre de 2000, con un disparo de falta del serbio en el tiempo añadido

Tomic celebra con Unzue y Martinovic el gol del triunfo. LNE

Andaba el Oviedo buscándole la gracia a su nueva casa en la campaña 2000-01, cuando algunos resultados hicieron pensar que el recién levantado Carlos Tartiere solo traería alegrías. A inicios de diciembre de 2000, el Oviedo no conocía la derrota en su nuevo hogar. Habían pasado por el estadio municipal seis rivales y solo Las Palmas, el día del estreno, había logrado rascar un punto (2-2). El resto, victorias de los azules: 2-1 al Zaragoza, 3-1 al Celta, 4-1 al Rayo, 1-0 a la Real Sociedad y 4-1 al Valladolid. Aterrizaba entonces el Málaga de Joaquín Peiró con la firme intención de chafar la magia del nuevo Tartiere. Y a los 88 minutos estaba cerca de lograrlo. Pero a los de Antic aún les quedaba una bala en la recámara.

Aquel partido ante el Málaga (el heredero del más antiguo Club Deportivo Málaga), el mismo que el Oviedo recibe mañana en la última jornada de Liga de 2018, significó la última victoria azul frente a los andaluces. Antes de ese fulgurante desenlace, el choque había tenido alternativas.

Antic formó aquella tarde con Esteban; Keita, Danjou, Martinovic, Rabaribony; Amieva, Onopko, Tomic, Iván Ania; Losada y Oli. Por su parte, el Málaga apostó por Contreras; Rojas, Bravo, Roteta, Valcarce; Rufete, De los Santos, Movilla, Agostinho; Darío Silva y Dely Valdés. Regresaba el panameño al Tartiere tras su salida meses antes y fue recibido con bronca. "La afición del Oviedo no quiso pasar por alto la afrenta de Dely Valdés, al marcharse al Málaga el pasado verano", relataba LA NUEVA ESPAÑA en sus páginas.

La pitada inicial a Dely dio paso a los goles. Darío Silva aprovechó un choque entre Esteban y Keita para hacer a los tres minutos el 0-1. Respondió rápido el Oviedo: cabezazo de Oli a centro de Amieva que se fue a la red. Antes del descanso, otro golpe visitante en una falta lanzada por Bravo.

Intentó reaccionar el Oviedo, con cambios ofensivos, aunque el choque siguió teniendo alternativas. Uno de los momentos claves llegó mediada la segunda mitad, cuando el colegiado anuló un tanto a Dely Valdés tras servicio de Darío Silva. Estaba en posición adelantada. La decisión dio alas al Oviedo que logró igualar en tramo final. A los 89 minutos Keita sacó un centro con la zurda que Onopko cabeceó a la red.

No dio tiempo a celebrar. Siguió apretando el Oviedo, que gozó de una falta en el minuto 93. La posición parecía ideal para un diestro, pero Tomic, fichado esa misma temporada, asumió el mando. El serbio lanzó con sutileza al palo que Contreras debía defender, sorprendiéndole. El 3-2 puso el colofón a un partido entretenido. Con el pitido final estalló el Tartiere, que había presenciado la primera gran remontada.

La victoria encendía los ánimos de los aficionados, convencidos que el cambio de estadio podía suponer un espaldarazo en las aspiraciones del equipo. Algunos rivales también lo veían así. "El Oviedo ha demostrado por qué es temible en el Carlos Tartiere", aseguró Peiró al final del choque. Para Antic, la victoria era valiosa: "Son más que tres puntos. Hicimos 20 minutos en los que desarrollamos un juego poco visto en el fútbol actual". Para entonces, primeros meses de existencia, el césped del estadio empezaba a dar los primeros problemas. Ante el Málaga, una capa de arena había intentado mejorar su aspecto.

La magia no tardó en esfumarse: Aquella temporada no fue tan bonita como parecía. Antic no dio con la tecla y la mudanza pesó en el rendimiento de los futbolistas. El Tartiere fue perdiendo fuerza con el paso de las jornadas, hasta solo observar una victoria azul en los últimos ocho encuentros. Fue la sentencia definitiva: el Oviedo acabaría descendiendo a Segunda y, desde entonces, no ha regresado a la máxima categoría.

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