En la búsqueda de razones para el optimismo, Saúl Berjón, del club de los que siempre ven la botella medio llena, citó esta semana el ejemplo del Valladolid el pasado curso como guión a interpretar de aquí a junio. Un ejemplo con tirón, aunque incluya un relevo en banquillo (Sergio por Sampedro) que a Berjón, defensor del trabajo de Anquela, se le supone contrario a aplicar. El Valladolid de la pasada campaña hizo una segunda vuelta excepcional hasta colarse en el play-off de ascenso. Tal fue su reacción que llegó a la promoción disparado, imbatible para sus rivales. Lo comprobaron Sporting y Numancia, los dos derrotados en esa fase final. El Valladolid ascendió a Primera con una propuesta atractiva, y eso que por estas fechas su situación liguera no parecía la idónea.
Es ahí donde coge fuerza el símil de Berjón. Por estas mismas fechas, la situación del Valladolid no era mucho mejor que la del Oviedo ahora. El equipo entrenado entonces por Sampedro era noveno en la tabla, con 26 puntos en la mochila. Se situaba a seis puntos del Numancia, sexto, y a 9 del Cádiz, segundo. Los objetivos parecían algo lejanos, aunque no inalcanzables. El Oviedo llega a la misma fecha en la 12.ª posición, con 24 puntos. El sexto, el Cádiz, le supera en 8 puntos; el Albacete, segundo, lo hacía en 13 antes de la disputa de esta jornada. El paralelismo en ambos casos es claro.
El Valladolid apoyó su candidatura en una reacción sobresaliente en la segunda vuelta, un cambio que se hizo más evidente con la mano de Sergio, el técnico elegido para encarar las últimas 8 jornadas de la temporada regular. Los números totales en la segunda vuelta fueron de 14 victorias 6 empates y 6 derrotas, en los 26 partidos que incluyen los encuentros de promoción de ascenso. El ritmo se hizo vertiginoso con el relevo en el banquillo. Sergio presentó estos números en los 8 encuentros ligueros y los 4 de play-off dirigidos de los pucelanos: 8 triunfos, 2 empates y 2 derrotas.
A la hora de analizar el cambio mostrado por el conjunto de Zorrilla en la segunda parte de la competición, parece claro que el rendimiento defensivo tuvo mucho que ver. A estas alturas de campeonato, el Valladolid era con 30 el segundo equipo más goleado de la categoría, solo superado por las 36 dianas encajadas por el Córdoba. A final de temporada, su saldo de tantos en contra fue de 55, pero con Sergio en el banquillo el balance había descendido a 12 goles recibidos en tantos otros choques.
También parece coincidir el punto de mejora que el Oviedo le pide al nuevo año. Anquela ha insistido en varias ocasiones en la necesidad de cerrar con más eficacia si el equipo quiere aspirar a los seis primeros puestos de la tabla. En la actualidad, el equipo azul ha encajado 24 goles en 19 partidos, lo que supone 1,3 de media por choque. Sólo hay siete equipos en la categoría que antes de la presente jornada tengan peores guarismos.
