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El Oviedo quiere crecer desde la victoria

Las palabras de Anquela tras la victoria en Soria descartan cualquier síntoma de autocomplacencia: el equipo debe mejorar - La recuperación del balón parado, el ascenso en la clasificación y el rendimiento de los jóvenes, razones para el optimismo

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Entrenamiento del Real Oviedo tras ganar 2-3 en Soria

La versión más sincera de Juan Antonio Anquela emergió minutos después del importante triunfo en Los Pajaritos. Suele suceder así, los entrenadores se muestran más espontáneos en la victoria. Cuando el equipo pierde, la tendencia es ocultar la realidad, tratar de reforzar la moral por encima de cualquier asunto. Pero el 2-3 de Soria animó al técnico del Oviedo a lanzar su diagnóstico. "Al equipo no le puedo pedir más porque se deja el alma, pero a veces somos demasiado cándidos", expuso sin dejar rastro de una posible euforia por la victoria. El primer partido del año deja la sensación de alivio por el impulso en la tabla y la certeza de que el equipo debe seguir mejorando para convertirse en un candidato al ascenso.

La tranquilidad demandada. La primera conclusión es la pragmática, la que habla de tres puntos sumados y una bombona extra de confianza para el grupo. Cualquier debate en torno al juego del equipo será más sencillo de afrontar desde la cómoda atalaya del décimo puesto. Los riesgos clasificatorios de una derrota en Los Pajaritos eran evidentes. Escuchadas las palabras de Anquela, parece claro que el equipo azul no caerá en la autocomplacencia. Debe mejorar.

Las fugas atrás se repiten. Es la asignatura pendiente del conjunto carbayón. Ni el cambio de año ha podido variar la tendencia. Yeboah irrumpe con facilidad en el área para superar a Javi Hernández y no encontrar cobertura que le tapara. En el gol de Diamanka, el medio del campo desaparece y la zaga recula en exceso. Las dos llegadas parecían evitables. De ahí la pequeña frustración de Anquela tras el choque. La parte positiva es que el equipo sí defendió bien el balón parado: el Numancia sacó once córners y la defensa azul salió victoriosa en todos ellos.

La estrategia está de vuelta. Seguramente, la mejor noticia en Soria. Las jugadas a balón parado habían sido una de las armas más fiables de la primera versión del Oviedo de Anquela, la del año pasado. Los defensas goleadores, al rescate. Carlos Hernández y Christian Fernández lucieron músculo en la estrategia ofensiva con dos buenos cabezazos. Tejera y Omar Ramos se suman a Berjón como lanzadores precisos.

El debate del sistema no parece cerrado. Por segunda jornada consecutiva, Anquela se refugió en los tres centrales y dos carrileros en busca de la solidez atrás y la sorpresa en las bandas. Lo consiguió a medias. En Granada, el equipo jugó uno de sus mejores partidos fuera de casa con el 4-2-3-1, aunque perdió. La siguiente semana, ante el Málaga, las bajas llevaron al Oviedo a los tres centrales. En la semana previa a Los Pajaritos, Anquela ensayó con ambos dibujos decantándose por el de los cinco zagueros. Pero da la sensación de que las dos alternativas siguen abiertas.

Viti se suma a Javi Hernández. El recurso de la cantera ha sido uno de los más debatidos en la etapa Anquela. ¿El Vetusta como solución o como parche? En ocasiones, el técnico ha incluido a chicos de la casa en la lista por una simple cuestión numérica, para completar 18 nombres. Esa falta de apuesta clara por los de abajo es una crítica que se le ha achacado al técnico en determinados momentos de la campaña. Los últimos dos partidos han servido para ver la irrupción de Viti, uno que llegó, se paró y ahora ha vuelto. Un extremo que ha aportado frescura en estas dos semanas. Con Javi Hernández, el de Laviana se presenta ahora como alternativa más que válida desde el filial.

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