Año nuevo, racha nueva. La regularidad era la asignatura pendiente del Oviedo de Anquela esta campaña, incapaces los azules de sumar de tres en tres con regularidad. Una invitación a la zona tibia en una competición que se presentaba con más nivel que nunca entre los favoritos al ascenso. Pero en 2019 ha cambiado las reglas del juego. El Oviedo, ahora sí, avanza a zancadas. Y los de arriba, fiables hasta la fecha, empiezan a tropezar en la farragosa Segunda División. La suma de los dos factores ha acercado en apenas dos semanas a los de Anquela (30 puntos) a la élite de la competición. El play-off, que marca Osasuna, está hoy a cinco.

El Oviedo es el único equipo de Segunda que ha ganado los dos partidos en 2019. Tras derrotar al Numancia (2-3) y al Tenerife (1-0), los de Anquela están ante la oportunidad de sumar por primera vez este curso su tercera victoria consecutiva. El Extremadura es el siguiente obstáculo en un camino que ahora discurre cuesta abajo.

Los seis puntos sumados han hecho que el Oviedo mire hacia la zona alta. Que los fantasmas de la zona de peligro se alejen. Los problemas de los de arriba han provocado que las distancias con los azules mengüen. El Granada y el Albacete, primero y segundo, solo han sido capaces de sumar dos empates en 2019. El Oviedo recorta cuatro puntos en dos semanas con el ascenso directo. El Málaga, tercero, logró ayer con una victoria enmendar la dolorosa derrota ante el Reus. Para el resto de integrantes de la zona noble, las cosas no han empezado mucho mejor. Osasuna (sexto) y Mallorca (octavo) han sumado un triunfo y una derrota. Peor le han ido las cosas a Alcorcón (quinto) y Cádiz (séptimo), que solo han logrado un punto.

Las intenciones del club varían dependiendo del portavoz. Arturo Elías y la propiedad hablan abiertamente del ascenso. A la teoría se suma Saúl Berjón, capitán. Anquela, siempre comedido, prefiere disfrazarse de Simeone y apelar al "partido a partido". Pero, de puertas hacia dentro, nadie duda. La meta de este equipo es por lo menos colarse en el play-off. Las dos victorias han instalado un clima de tranquilidad. El final de 2018 no fue sencillo. Los malos resultados, la falta de soluciones y la plaga de lesiones llegaron a cuestionar el futuro del entrenador. Pero con el cambio de año, la suerte sonríe a un Oviedo que ahora no quiere detenerse. Almendralejo espera el domingo a un equipo que ahora sí avanza con el ritmo de un candidato.