Si tres victorias seguidas en Segunda eran "la repera" para Anquela, lograr la cuarta sin descanso le haría pasar al siguiente nivel. El jienense trabaja esta semana a contrarreloj (solo tres sesiones de campo, dos de ellas en césped sintético por el estado de El Requexón tras las lluvias) para lograr que enero siga siendo redondo. Pero el reto, aunque el rendimiento del Zaragoza en casa sea mejorable, no será sencillo, advierte el entrenador. "Cada día es más difícil sumar triunfos, pero me agarro a la imagen que está dando el equipo. El otro día ganamos bien. Por momentos tuvimos el balón con criterio y jugamos con personalidad. Pido más, pero me puedo quejar bien poco", defiende el entrenador.

Los últimos choques, en los que el resultado está apoyando el trabajo diario, está mostrando al equipo que Anquela perseguía desde pretemporada. "En algunas cosas, sí estamos logrando ser el equipo deseado. En otras, no nos queda otra que adaptarnos a lo que tenemos. En la forma de entender el fútbol, sí estoy satisfecho. Somos 18 y todos tienen que aportar. Si un futbolista tiene que jugar un minuto, debe estar listo", expone.

Para el entrenador, la clave está en la coherencia que muestra el grupo: "Lo que más valoro es que los jugadores nunca dejaron de creer. Somos los mismos en las duras y en las maduras. No cambiamos el discurso ni nuestra forma de entender esto".