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Licencia para soñar... con el Lugo

El Oviedo se pone el traje de candidato a todo a falta de 15 jornadas

Hay empates que son desoladores, como el partido de la primera vuelta ante el Elche en el Tartiere (1-1), y empates con los que venirse arriba por mucho que te apeen del play-off, como el que abrochó ayer el Oviedo en Albacete. Un puntazo como la copa de un pino que merece todo el valor, mantiene al equipo en la pomada y, lo que es mejor, deja un regusto sabrosísimo. Mucho mejor, por ejemplo, que el de la victoria la semana pasada frente al Alcorcón. El fútbol y sus piruetas. Esta semana empieza el tercer mes del año (bendito 2019) y el Oviedo sólo ha perdido uno de los ocho partidos jugados. El dato es demoledor y hasta cierto punto asusta, porque tarde o temprano tendrá que llegar el resbalón, que al fin y al cabo esto es la Segunda y la barra libre no dura toda la vida. El Oviedo exhibió ayer su fiereza competitiva de principio a fin: aguantó bien en una primera parte igualada, sometió al rival con grandeza en los 25 minutos iniciales de la segunda y resistió los tímidos empujones del Alba al final. Este equipo de Anquela ha logrado competir en casa y fuera. Ahí hay un poderosísimo argumento para situarle en la terna de candidatos a luchar por todo, empezando por la sexta plaza. Ayer, mal que le pese a Ramis, los azules tuvieron opciones de ganar con dos balones al poste y una notable personalidad. Con 0-0 y en el campo del líder, los tres cambios fueron ofensivos. Eso antes no pasaba. A falta de 15 jornadas para el final, el equipo lució con orgullo su traje de candidato. No es una cuestión de play-off, es una cuestión de sensaciones. Hay licencia para soñar... con ganar al Lugo.

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