Con traje oscuro, camisa blanca con el último botón sin desabrochar y bronceado clásico del verano, Anquela mostró el día de su presentación como entrenador del Oviedo, 26 de junio de 2017, algunas muestras de su ideario cortoplacista. Él, forjado en las categorías más humildes del fútbol, vive el día a día. El fútbol moderno es incompatible con el amor eterno. Y la vinculación ataba a las partes, Anquela y el Oviedo, por un año. Casi 21 meses después, el jienense se convertirá en el técnico con más recorrido en el club desde que el Grupo Carso tomara las riendas. Y eso, con el agotador ritmo del fútbol actual, es una marca a tener en cuenta.
El domingo ante el Nàstic, Anquela dirigirá su encuentro 72.º en Liga con el Oviedo. Superará a Sergio Egea, convertido en historia del oviedismo tras el ansiado ascenso de Cádiz, que sumó 71 choques al frente de la nave azul. Ahora, a Anquela le llega la oportunidad de ser el entrenador en el que más han confiado los hombres de Slim.
La llegada de Carso al accionariado se produjo en noviembre de 2012, aunque su gestión efectiva de la entidad tiene como punto de partida el 18 de enero de 2014, el día en que Joaquín del Olmo aterrizó en Oviedo. Entonces, Granero dirigía al equipo. Nunca hubo sintonía, como demostró su destitución tan solo cuatro jornadas después. En el plazo que coincidieron Del Olmo y Granero, éste había ganado dos partidos, empatado uno y perdido otro. Sumó el 58,3% de los puntos en liza.
La primera gran decisión de Del Olmo fue arriesgada. Confió el mando de la nave a Roberto Robles, que accedía al cargo desde el juvenil. El asturiano no logró enderezar la nave y el Oviedo se quedó fuera del play-off. Robles sumó el 50% de los puntos. Después llegó Egea, con el 53,5% de los puntos ganados. Generelo consiguió el 50% y Hierro, el antecesor de Anquela, el 48%.
