El primero en hablar de los 50 puntos fue Anquela. Era un punto de partida, una meta de la que se podía partir para soñar con cotas mayores. Aquellas palabras causaron cierto debate en el oviedismo. Incluso en la propia plantilla hay los que aspiran a cotas más altas y los que siguen a rajatabla las indicaciones del jienense. Christian es de los segundos. Los cálculos del cántabro, en consonancia con Anquela, pasan por vencer este domingo. A partir de ahí, a soñar. "Si ganamos al Nàstic, y tenemos en cuenta los 3 puntos del partido ante el Reus, sumaremos 50 puntos. Tendremos la salvación. Y lo haremos con 12 jornadas de antelación. Es un mérito a tener en cuenta; muchos equipos matarían por ello. A partir de ese momento, los objetivos serán otros", indica el veterano zaguero, uno de los capitanes de la plantilla azul.

Pero cualquier atisbo de celebración por rebasar la primera línea marcada esta temporada pasa por lograr que los tres puntos se queden el domingo en el Carlos Tartiere. No lo pondrá fácil el Nàstic del siempre competitivo Enrique Martín, que a pesar de ocupar puesto de descenso a Segunda B llega con el importante empujón moral de la victoria ante el Albacete de la última jornada (1-0).

Por eso, Christian llama a recuperar los viejos hábitos, los que no se vieron, a su juicio, en Son Moix. "Cuando no somos el equipo que debemos ser, somos uno más. No tenemos individuales para decidir el partido, la fuerza reside en el colectivo. Para ganar hay que ser agresivos, intensos, incómodos. Que el rival te defina como ese equipo feo, asqueroso, contra el que nadie quiere jugar", indica. "Si no reaccionamos daremos alas a un rival que está herido y necesitado en la tabla. pero nosotros también estamos en necesidad porque venimos de dos varapalos seguidos en dos jugadas de estrategia que nos han costado cinco puntos más el gol-average ante el Mallorca. Espero que a final de temporada no nos cueste caro", añade el cántabro.