El Cucho Hernández fue uno de los reyes de la pasada temporada en Segunda. El impacto fue desmedido para un delantero que el Watford inglés había decidido ceder al Huesca con apenas 18 años. Su físico explosivo y su habilidad en el área le granjearon pronto un parecido con el Kun Agüero. El Cucho explotó, 35 partidos y 18 goles, y el Huesca carburó hasta abrazar el ascenso. La juventud, cuando se tiene el talento, pasa a un segundo plano. Por eso, el Watford no dudó en repetir operación un año después con otro diamante por pulir. También colombiano. Luis Suárez es, a sus 21 años, una de las alegrías en la gris temporada del Nàstic. Y uno de los salvavidas a los que quiere agarrarse el conjunto catalán en su búsqueda de la permanencia.
Ya lo conoce de cerca el Oviedo, que lo sufrió en el partido de la primera vuelta. El colombiano marcó el 1-0 tras recortar a Mossa y batir a Alfonso con la zurda. Y pudo ampliar su cuenta si el poste no le escupe una definición al inicio de la segunda mitad. La temporada ha mostrado su evolución al alza. Llega a la cita ante el Oviedo con 1.385 minutos en la competición y con 5 goles, en la maleta, después de 26 tiros.
La de Suárez no es su primera campaña en España. Le avalan sus pasos por los filiales de Granada y Valladolid. Con los nazarís hizo cinco tantos en la temporada 2016/17. Con los pucelanos, 11 el pasado curso. Sin la brillantina del Cucho el pasado curso, Suárez busca graduarse en el fútbol profesional mientras busca la salvación del Nàstic. Después, tocará regresar al Watford, club con una potente red de jóvenes talentos, marca de la casa de la familia Pozzo.
