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Tras la protesta, fiesta en la grada

3.000 fieles del Dépor dan colorido en la segunda mejor entrada del año

Tras la protesta, fiesta en la grada

La proximidad, el buen rollo entre aficiones y el horario ayudaban. Por eso, la grada del Tartiere se convirtió durante 78 minutos, más el tiempo añadido, en una fiesta. Una fiesta con los colores azul y blanco presidiendo, con cánticos (algunos incluso en común) y banderas al viento. Fútbol como el de antes, cuando en los años 90 los rivales cercanos a Asturias acudían en masa. En una cita condicionada por la protesta del Oviedo y sus aficionados, la grada pasaría a convertirse con el paso de los minutos en una celebración colorida. Los 18.035 espectadores que se dieron cita en el Tartiere suponen la segunda mejor marca de la temporada tras el derbi.

El contraste podía sentirse desde una hora antes de que el partido echara a andar. Los aficionados deportivistas ocuparon su sitio con suficiente antelación como para disfrutar incluso del calentamiento. Las peñas del Deportivo manifestaron en los días previos que apoyaban la iniciativa azul de protestar contra La Liga por el maltrato al aficionado, pero cuestiones organizativas les impedían participar en la protesta.

Por eso, cuando el partido echó a andar, los 3.000 seguidores coruñeses desplazados a Oviedo ocupaban su puesto en la grada. Para dar cabida a todos hubo que habilitar tres zonas en el estadio, además de la habitual para aficiones visitantes. El personal de seguridad se encargó de separar las zonas improvisadas para los seguidores gallegos. Cuando se llegó al minuto 12, el Tartiere recuperó su color habitual. En la grada de los seguidores del Dépor, un mensaje de apoyo: "Respeto a los aficionados".

La buena sintonía entre ambas aficiones ya había quedado demostrada en el partido de la primera vuelta en Riazor, cuando los cerca de 2.000 oviedistas desplazados convivieron en armonía con los seguidores locales. Exactamente igual que sucedió durante el este último fin de semana. Una masa importante de aficionados deportivistas aprovechó el encuentro para disfrutar de unos días en la capital del Principado. Desde la tarde del sábado, los símbolos del Deportivo fueron poblando Oviedo.

Entre el contingente de seguidores llegados desde La Coruña se esperaba a Amancio Ortega. El empresario, declarado seguidor del Dépor, iba a seguir el encuentro desde uno de los palcos privados, pero finalmente no acudió.

Tras el choque, ambas aficiones despidieron a los suyos con una sonora ovación, síntoma de la buena imagen mostrada.

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