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Un encuentro con huella

Jarni bautizó el nuevo Tartiere

Oviedo y Las Palmas igualaron a dos en el estreno del actual campo azul

Jarni bautizó el nuevo Tartiere

La sentencia más llamativa la pronunció Losada, goleador aquella tarde. "Ese estadio invita a hacer grandes cosas", aseguró el delantero, aún influido por el ambiente festivo de la primera cita. El 17 de septiembre de 2000, el Oviedo recibía a Las Palmas en la primera cita liguera en casa del curso. Lo hacía estrenando escenario, un lujoso, así lo parecía, nuevo Carlos Tartiere, levantado en La Ería. Lo que se supone que sería un paso adelante para la entidad azul se convertiría poco después, muy poco después, en una condena. Ya lo había advertido Luis Aragonés el año anterior, el último en el viejo hogar: "Jaula nueva, pájaro muerto". Y la profecía de El Sabio se cumpliría de inmediato.

Porque aquel curso, el que se inició ante Las Palmas, el rival que mañana visita el Tartiere (20.30 horas) para enfrentarse a los de Anquela, fue el comienzo de la cuesta abajo más pronunciada en la historia del Oviedo. El que le llevó de cabeza a Segunda, ahí donde el agujero económico de los años anteriores se exageraría. Una caída de la que no fue capaz de recuperarse en más de una década. Pero eso vendría después. En aquella tarde de septiembre de 2000 había un estreno en juego.

Entre las expectativas, ver quién imprimía su nombre en el nuevo Tartiere. A quién le correspondía hacer el primer tanto. El misterio se resolvió a los 38 minutos. Como no podía ser de otra forma, también ese detalle dio la espalda al Oviedo. Antes de la firma, Losada pudo llevarse el protagonismo. Medina Cantalejo señaló un discutido penalti en el área canaria. Losada lanzó hacia la derecha de Cicovic, que se estiró para repeler el disparo. La réplica también señaló al punto fatídico. Oktay llevó una contra hasta Danjou, al que intentó recortar. El galo sacó el brazo e hizo penalti. El croata Robert Jarni ejecutó ante Esteban lanzando a media altura. El zurdo fue el primero en festejar un tanto en el Tartiere.

Radomir Antic tenía para aquella cita la baja de Nadj y decidió formar con el 4-4-2 en rombo que tanto le gustaba. Optó por un once formado por Esteban; Keita, Danjou, Martinovic, Boris; Amieva, Onopko, Tomic, Iván Ania; Oli y Losada. El propio Losada igualaría el choque a los 61 minutos con un derechazo cruzado. Respondió Las Palmas 9 minutos después: el asturiano Pablo Lago anotó con un chut que se le escapó a Esteban. La igualada no llegaría hasta el tiempo añadido. Amieva centró una falta lateral al corazón del área y Danjou se hizo enorme ante la defensa canaria para cabecear a la red. El testarazo había salvado un estreno que llevó el jolgorio a la grada pero que dejaba algunas razones para la preocupación. Motivos que se han ido agrandando de forma preocupante con el paso del tiempo. Uno, el césped, con un aspecto sospechoso y excesivamente blando. "No tiene nada que ver con el del viejo Tartiere. Tenemos que habituarnos a él", explicaba Losada. "El pie de apoyo se nos iba al tirar a puerta", comentaba Oli. Dos jugadores visitantes, Jarni y Edu Alonso, se habían lesionado así. La otra fuente de críticas se situaba en los accesos al campo. "Tardamos más de la cuenta en salir del campo y habrá que buscar una solución porque puede haber problemas", advertía en LA NUEVA ESPAÑA, un par de días después del estreno, el exfutbolista azul Toni Cuervo. "En los 116 pasos de la escalera se armó un follón porque todos queríamos salir a la vez", denunciaba Herminio García, presidente de las peñas azules. El nuevo estadio comenzaba con denuncias sobre defectos en la construcción (debates que 19 años después siguen igual de vigentes) y demostrando que no le traería buena fortuna a los azules de forma inmediata: desde aquel curso inaugural, el Oviedo no ha vuelto a jugar en Primera.

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