Preguntado por la sequía anotadora de su estandarte Rubén Castro, Pepe Mel esgrimió como argumento el exceso de presión que el atacante sufre sobre sus hombros esta temporada. Tal es su peso en Las Palmas, rival esta noche del Oviedo en el Tartiere, que a finales de febrero y en pleno entrenamiento, el atacante pidió a gritos que se expulsara a un periodista de la sesión del conjunto canario. La razón, que el periodista había publicado una foto de Castro y Fidel perdiendo el avión de vuelta a Canarias tras caer con el Alcorcón: se habían entretenido comprando unos regalos y llegaron tarde al embarque. Para lo bueno y para lo malo, Rubén Castro es el rostro más reconocible de un equipo que pretende agarrarse en el Tartiere a la última opción para pelear el play-off.

A sus 37 años, el atacante apura sus últimas sensaciones en el fútbol profesional con buenos números: 11 goles esta campaña. Aunque no llega al Tartiere en su mejor momento se atiende a su cómputo anotador en los tiempos más recientes. Hace cinco jornadas, ante el Extremadura, Castro ayudaba con una diana en el decepcionante empate a un tanto. Desde entonces, no ha vuelto a marcar. Han pasado cuatro jornadas. Demasiado tiempo para un delantero de su olfato.

Rubén Castro disfruta en su tierra de su segundo capítulo con la camiseta amarilla de Las Palmas. Producto de la cantera grancanaria, el delantero debutó en Primera con 19 años. Fue una irrupción con estrella. A sus primeros pasos con Las Palmas le siguieron los capítulos con Deportivo, Albacete, Racing, Nàstic, Huesca, Rayo y, sobre todo, con el Betis, donde se convirtió en mito en sus ocho años de verdiblanco.

Y eso que la carrera del delantero pudo acortarse por un turbio asunto que le ha marcado en los últimos años: una denuncia por malos tratos presentada por su exnovia. El fiscal pedía 4 años de prisión; la acusación particular elevaba la petición a 8 años y 9 meses. La resolución del asunto llegó el julio de 2017, cuando el juzgado de lo penal 14 de Sevilla decretaba la absolución del atacante. Ahora, con 37 años, quiere seguir celebrando goles.