El Oviedo divisó la inacabable Segunda División desde una situación de calma. El descanso ante el Reus por la expulsión de los catalanes de la Liga trasladó la presión a los rivales directos por el play-off de ascenso a Primera: ese era el escenario de batalla para los de Juan Antonio Anquela este fin de semana. Y, en parte, la suerte sonrió a los azules.
El tijeretazo fue de dos puntos y el Oviedo se queda a una distancia de solo un partido de la promoción, el objetivo de la temporada. Un salto asumible cuando quedan ocho jornadas: el tramo definitorio del campeonato. Solo dos encuentros menos que la zona favorita de Luis Aragonés, extécnico azul, que se cansó de decir que lo verdaderamente importante eran los últimos diez partidos.
El Oviedo, con las piernas descansadas tras el parón, pendiente de los dos únicos lesionados en la enfermería -Tejera y Omar Ramos, que podría regresar el domingo ante el Córdoba-, tiene por delante un calendario, por situación clasificatoria, optimista. "No puedes hacer cuentas, porque los de abajo ganan a los que van por arriba", avisó Saúl Berjón esta semana. No obstante, la tabla nunca es baladí, y el Oviedo, de ocho rivales, tendrá que jugar contra cuatro equipos asequibles, con cuatro partidos a domicilio. El Córdoba, camino de Segunda B, es la siguiente parada en el Tartiere. Un rival con urgencias que tratará de aprovechar el Oviedo para saltar el bache que atraviesa: una victoria en siete encuentros. Urge, lo dice el vestuario, volver a sumar de tres en tres para aprovechar la situación. Además del Córdoba, al Oviedo le queda por jugar contra los alejados del play-off Numancia, Tenerife y Majadahonda. Todos los encuentros en casa menos el de los isleños. Esa es la parte, a priori, asequible. Pero también hay cocos: el Oviedo debe viajar a La Rosaleda para jugar ante el Málaga -ayer el asturiano Juan Ramón López Muñiz fue cesado tras la derrota del sábado ante el Extremadura- y también tiene que jugar contra el Granada en casa. El Almería, que también tiene opciones de play-off -suma 49 puntos, ahora navega a cinco de la promoción- recibirá a los azules después del choque ante el Córdoba. Solo le quedaría un coco más a los de Anquela: el temible Osasuna, líder de Segunda. Esa será la última cita del curso en El Sadar. Un partido al que, visto el desarrollo de Segunda, Osasuna podría llegar sin nada en juego, matemáticamente ascendido.
A falta de dos meses para el fin del curso, el Oviedo tiene cinco enemigos claros en su camino por el play-off. Este fin de semana ganaron dos de ellos. El Mallorca, con 55 puntos, tres más que el Oviedo, salvó un punto ayer in extremis en Los Pajaritos ante el Numancia. El Deportivo de La Coruña perdió en casa del líder, Osasuna. El Almería, que está debajo de los azules, por su parte, ganó plácidamente en casa al Nàstic. El que ganó fue el Sporting ante el Granada en una victoria para elevar aún más la moral en El Molinón. El rival histórico de los azules ha sido el último que se ha colado en la lucha por el play-off, aupado tras la victoria en el derbi. El Cádiz, el último en jugar ayer, ganó a Las Palmas a domicilio (0-3).
El escenario, sin contar el Almería, es de seis aspirantes para tres plazas. El Granada, tercero con 61 puntos, debería pegar un gran bajón para salir del play-off. La situación del Oviedo es parecida a la del año pasado a estas alturas. Tras la jornada 34.ª, los carbayones ganaron al Lugo en un partido con tintes de final para seguir en la lucha. La distancia, en ese momento, era de dos puntos respecto a la última plaza que da acceso a la promoción. El Oviedo ganó la mitad de los partidos que le quedaban de ahí al final, cosechando otras cuatro derrotas. Si los azules repiten esos resultados y ganan cuatro encuentros de los ocho que quedan, podrían entrar en play-off. De los de arriba, Osasuna, Málaga y Sporting tienen pendiente el partido contra el Reus, en el que, como el Oviedo esta semana, sumarán los tres puntos desde el sofá.
