Y el filial azul volvió a la lucha. La remontada del Vetusta a la Real Sociedad B en El Requexón ha puesto a los de Rozada en la lucha por el play-off de ascenso a Segunda cuando solo quedan cinco partidos. Un panorama casi inimaginable para el más optimista cuando arrancó la temporada. El gran momento del filial es el gran momento de Ernesto, su máximo goleador y una de las armas para luchar por la promoción. El Vetusta, superado el bache de la segunda vuelta, vuelve a volar. Por varios factores.
Un colchón aprovechable. El Vetusta cerró la primera vuelta en su regreso a Segunda B con unas cifras que superaron cualquier expectativa. En el día de reyes, el seis de enero, el filial ganó a la Cultural de Durango en El Requexón (3-1) y terminó el primer tramo de Liga tercero, en play-off, y cerrando la mejor primera vuelta de toda su historia. El balance de los de Javi Rozada era de nueve victorias, ocho empates y solo dos derrotas.
En el inicio de la segunda vuelta llegó un profundo bajón. Cinco partidos sin ganar y la sensación de que, con el objetivo de la salvación conseguido, el filial había levantado el pie del acelerador. Los últimos dos partidos se han encargado de llevar la contraria a esa tesis. Cuatro victorias en total en esta segunda vuelta y dos remontadas para soñar. La primera hace dos semanas ante El Logroñés en Las Gaunas (3-4) y el domingo frente a la Real Sociedad (2-1) en El Requexón, la que devuelve al Vetusta a la lucha por el play-off.
Ernesto, insaciable en su nueva posición. El atacante del Vetusta -dorsal siete, granadino, 24 años- quizá con cierto sigilo, ha sido hasta ahora una de las mejores noticias en la campaña del Vetusta. Y lo ha sido, además, desde una posición desconocida en su carrera: la de delantero. Rozada lo probó de ariete por primera vez esta campaña ante las bajas arriba. Nunca antes había jugado en esa ubicación, acostumbrado a jugar pegado a la cal.
De ariete, se ha destapado: lleva ya quince goles, el segundo máximo goleador en el grupo II de Segunda B tras Villalibre, del Athletic B. Sin sus tantos el Vetusta difícilmente hubiese remontado las dos últimas citas: triplete ante el Logroñés y doblete contra la Real Sociedad B.
Ernesto, a diferencia de varios jugadores del filial que han alternado varias veces entrenamientos con el primer equipo, casi nunca ha subido con los de Anquela. Sí se ejercitó con los mayores en varias sesiones de la pretemporada. Es el segundo año de Ernesto en el Vetusta. Llegó la campaña pasada a Tercera procedente del Caudal, en Segunda B. Tipo alegre por naturaleza, varios compañeros del vestuario destacan su buen carácter y su instinto competitivo. "Tiene claro que quiere ser futbolista", destaca un jugador titular de la plantilla. El club esperará al desenlace de la temporada para decidir sobre el futuro de Ernesto. Varios equipos de Segunda siguen con interés su progresión. Era un futbolista, además, muy del gusto del ex secretario técnico Ángel Martín González, que le veía apto incluso para estar con el primer equipo a medio plazo.
Antes de afrontar el futuro a Ernesto le toca intentar el play-off con el Vetusta: un empujón que podría ser definitivo en su carrera.
Un equipo que mantiene la base del año pasado. El Vetusta luchará por el play-off con una plantilla que, en su mayoría, fue partícipe del ascenso a Segunda B la temporada pasada. Del once que sacó Rozada en la victoria ante la Real Sociedad B solo había dos jugadores -Ugarte, expulsado, y Alarcón- llegados este verano. Exprimir la plantilla, además, ha sido uno de los méritos del ovetense. Las bajas han sido continuas. Tanto por los jugadores que se han ido cedidos, como Lolo o Casi, como por la primera función del filial: abastecer al primer equipo. El último ejemplo es Jimmy, anclado en la titularidad con los de Anquela.
A solo dos puntos de un récord histórico. Si el Vetusta consigue solo dos puntos más de los quince que quedan en juego el filial azul igualará la puntuación de la mejor temporada de su historia: 53 puntos en Segunda B. Los de Rozada tienen ahora 51.
