Salió el Córdoba con la intensidad propia de la pretemporada, pero un accidente alteró el guión. Se lesionó Jaime y salió Piovaccari, fornido nueve de efectividad testada. Un ariete que engaña: tiene más peligro del que sus toscos movimientos muestran. Su aparición en el partido agitó al Córdoba y descolocó al Oviedo. Inexplicable que una zaga con tres centrales jugara siempre en inferioridad.
Problemas atrás