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R. Oviedo

Egea quiere hacer historia

El entrenador intentará igualar a Miera, el único que ascendió dos veces con el Oviedo

En agosto de 2014 Sergio Egea conoció de primera mano el Tartiere. Era su estreno como técnico del Oviedo. El sábado, le tocó estrenarse de nuevo. Esta vez en Almería. En ambos casos, acabó su estreno con una sonrisa de satisfacción. En la longeva historia del Oviedo, 93 años de pasión, pocos han sido los que han podido repetir la experiencia de repetir en el banquillo azul. Hay casos para todos los gustos, pero dos características suelen imperar: se trata de técnicos que en su primera etapa dejaron un buen sabor de boca y que se les considera cercanos a la casa. Sergio Egea, el repetidor en el banquillo, afronta ahora un reto mayúsculo: igualar a Vicente Miera, el único entrenador que ascendió dos veces.

Egea reúne las dos ideas demandadas. Triunfó de lleno en su primera aventura azul, con el celebrado ascenso de Cádiz y con el buen sabor de boca que dejó en su salida del club en marzo de 2016. Y más que hombre de la casa se le considera un entrenador fiel al máximo accionista, Carso. De ahí que haya tenido esta oportunidad.

Ha aterrizado con una orden clara, pelear el play-off y soñar con el ascenso. Culminar el reto le pondría en la historia del club azul. La experiencia de Vicente Miera como entrenador quizás sea la más recordada en la capital del Principado. El cántabro vivió dos aventuras con los azules. Y las dos quedaron marcadas por los ascensos a Primera. Miera se hizo cargo de la nave azul en la campaña 1974/75 y construyó un equipo trabajado que contaba con el afilado olfato de Marianín, el "Jabalí del Bierzo": 20 goles aquel curso. Aquel Oviedo acabó primero, igualado a puntos con el Racing de Santander, y celebró el paso a la máxima categoría, que perdió en la siguiente temporada.

La segunda gran alegría comandaba por Miera fue aún más sorprendente. El Oviedo de la 87/88 no figuraba en el grupo de favoritos, pero el cántabro diseñó un equipo astuto y competitivo, empujado por los goles de Carlos, 25 ese año. El equipo acabó cuarto en la clasificación y ascendió en Mallorca.

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