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Segunda División

Carlos Hernández: "Oviedo hace que te sientas más futbolista"

"Tenemos jugadores de altura y estamos capacitados para pelear por ascender"

El central, ayer, posando para LA NUEVA ESPAÑA en la ciudad deportiva. LUISMA MURIAS

Carlos Hernández (Jaén, 1990) es un hombre del Sur que tras cuatro años entre Lugo y Oviedo ya se siente como en casa en el Norte. En las categorías inferiores del Jaén, aunque pocos lo saben, empezó jugando de mediocentro. Pasó a central en juveniles y ahora es un indiscutible en la defensa azul. En Oviedo ha encontrado su sitio: "El año pasado jugué la mejor temporada de mi vida". Ha sido titular desde que aterrizó en Asturias. Lo fue con Juan Antonio Anquela, con el que se deshace en elogios y agradecimientos tras su salida, y apunta a mantenerse con Sergio Egea, del que destaca la "claridad" tras su llegada. Porte de veterano -aunque solo tiene 28 años- el central reflexiona con LA NUEVA ESPAÑA en El Requexón sobre la marcha del equipo, su carrera y lo que significa jugar en el Oviedo. Promete pelear por el play-off.

- ¿Cómo es Carlos?

-Una persona tranquila más allá del fútbol. Paso el tiempo libre con mi pareja y mi perro ("Leo"), lo tengo desde que estoy en Oviedo. Soy muy cercano y muy amigo de mis amigos.

- ¿Le costó adaptarse al Norte?

-Al principio sí, sobre todo por el clima. En el Sur no estamos acostumbrados a tanta lluvia y a poco calor. Me adapté muy bien y ahora cuando voy al Sur y paso el calor que paso... Se echa de menos el Norte. Estoy muy contento en Oviedo, la gente es agradable. ¡Y la comida espectacular!

- ¿Cómo llegó a profesional?

-Empecé en las categorías inferiores del Real Jaén, hasta que llegué al primer equipo. Hice un año muy bueno y me fichó el Zaragoza B. Allí estuve un año y luego firmé por el Sabadell, en Segunda División. De ahí al Lugo, dos años. Hasta hoy. En Oviedo estoy muy contento.

- ¿En quién se fijaba cuando empezaba?

-Siempre me gustó Sergio Ramos, desde su etapa en el Sevilla. Ha crecido muchísimo y es un ejemplo a seguir.

- ¿Y sus padres? ¿Qué le decían?

-Mis padres son funcionarios y trabajan en la Diputación de Jaén. Me apoyaron en todo, ellos no sabían que podría llegar a ser futbolista. En mi vida he tenido la gran suerte de poder disfrutar y vivir de esto. Era mi ilusión y ojalá sea así durante mucho tiempo.

- ¿Cuál fue el momento clave en su carrera que le impulsó a llegar a lo más alto?

-Me cambió todo un entrenador que tuve en juveniles, de aquellas jugaba de mediocentro. Me dijo que si quería ser futbolista de verdad jugase de central, que tenía condiciones. Mejoré muchísimo y a partir de ahí empecé a creerme que podía vivir del fútbol. Afortunadamente así fue.

- ¿Cuánto de importante es estar en el lugar adecuado en el momento preciso?

-Muchísimo. Mi ejemplo fue en el Jaén. Entrenaba con el primer equipo y jugaba en el filial. Entrenaba siempre, sí, pero veía que no llegaría a jugar. Un día se lesionó el central titular y tuve que ir convocado. Sabía que no iba a jugar de inicio, pero se lesionó otro central más en el calentamiento del partido. El míster me puso y jugué diez partidos más, las jornadas que quedaban en Segunda B. Al año siguiente lo jugué todo y así fue como me llamó el Zaragoza.

- Recuerda al caso reciente de Jimmy con el Oviedo.

-Al final el fútbol es aprovechar las oportunidades. Muchos entrenadores son reacios a darles oportunidades a los jóvenes, se piensan que no están preparados. Yo creo que para eso están las oportunidades, y Jimmy es el claro ejemplo de saber aprovecharlas. Está dando un nivel muy alto, ya se veía en los entrenamientos. Tiene ganas de aprender y escucha. Eso, escuchar, es muy importante en los jóvenes. Jimmy tiene todas las cualidades para triunfar.

- ¿Cuál es el fuerte de Carlos en el campo?

-Según pasan los años un futbolista se va adaptando. Yo manejo bien el juego aéreo y soy contundente. En los partidos intento complicarme lo menos posible. En general, creo que en el campo hago lo que debe hacer un defensa.

- ¿Qué cambiaría de usted si pudiese?

-Me gustaría ser más rápido; no me considero lento, pero podría mejorarlo. La velocidad se nota mucho en la élite, hoy en día está por encima de todo. Tener un puntito más y llegar antes a todo.

- ¿Carlos ha mejorado en los últimos años?

-Todos evolucionamos. Anquela ha sido una persona muy importante en mi mejoría durante los dos años que he estado con él. Ha estado siempre encima de mí, desde el primer día, mostrándome confianza. También ha hecho que no me relaje; al final un futbolista que se ve titular todos los domingos lo hace. Anquela ha sido siempre el primero en criticarme cuando lo he hecho mal y en felicitarme cuando lo hacía bien.

- ¿Cómo vivió su salida?

-Me enteré por las redes sociales. A Anquela le tengo que estar agradecido porque ha sido una persona muy cercana, que me ha corregido y me hizo mejorar. Hablé con él. Fue una pena la manera en la que se fue. Todos tuvimos mala suerte, al final los resultados mandan en el fútbol y es lo que hace que estés en un equipo o no.

- ¿Y qué piensa de Egea? Apostó por usted en el primer partido.

-Es una persona tranquila que ha venido con las ideas muy claras. Desde el primer día ha puesto encima de la mesa su manera de jugar y lo que quiere de cada futbolista. Esta semana se ha visto a un equipo intenso. El cambio de entrenador siempre hace que los jugadores den un poco más, porque todo el equipo vuelve a estar en la misma rueda. Si Egea se decidió por mí en Almería yo tengo que mantener mi nivel e intentar mejorar de aquí a final de temporada.

- Quedan seis partidos y están a dos puntos de la promoción, ¿piensa en el ascenso?

-Soy realista: el año pasado nos quedamos a un gol del play-off. Los futbolistas somos ambiciosos, y el objetivo real es pelear por el ascenso en la promoción. Si el año pasado hubiésemos quedado el duodécimo el objetivo sería otro, pero nos quedamos muy cerca.

- ¿Y este año lo ve todavía más cerca?

-Bueno... Es que la Segunda División es muy complicada. Ganas contra el Almería y ves las cosas muy cerca e igual pierdes contra el Granada y lo vuelves a ver negro. Hay que estar tranquilos, pero sabemos que no hay margen de error. Hemos gastado todas las balas, y la que nos queda hay que aprovecharla e intentar ganar todo lo que se pueda de aquí a final de temporada.

- ¿Qué le diría a la afición?

-Les diría que animen, que vengan al Tartiere como siempre. La afición nunca falla, son exigentes. Lo vamos a dar todo y vamos a intentar enganchar la última posibilidad que tenemos. El equipo está capacitado y tiene jugadores con la altura suficiente para meterse en un play-off de ascenso.

- El último gol que al Oviedo le dio un ascenso lo marcó un defensa (David Fernández en Cádiz)...

-Ojalá suceda otra vez, lo firmaría ahora mismo (sonríe). También firmaría no meter ni un gol y ascender igualmente. Si soy el que tiene que meter el gol del ascenso, imagínate... sería algo muy bonito para mí y para la afición. La gente de Oviedo lo vive y tiene muchísimas ganas de volver a ver a su equipo en Primera División.

- ¿Cómo convive con la presión que rodea al club?

-El futbolista es ambicioso, siempre quiere estar en los mejores clubes, y eso conlleva tener una presión mucho más grande. En el Lugo, donde estaba antes, la afición era menor. Jugar en Oviedo hace que te sientas más futbolista, con más responsabilidad. Sabes que hay gente que cuando se pierde se va fastidiada a casa. No estar a la altura en un partido te afecta mucho más en un sitio como Oviedo.

- Renovó esta temporada con el Oviedo. Será la primera vez que esté más de dos campañas en el mismo equipo.

-Fue lo primero que pensé en cuanto renové. Hago una lectura positiva: las cosas se están haciendo bien, tanto por mi parte como por la del club. La renovación creo que fue buena para ambas partes.

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