La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La ilusión llega por emburriones

El Oviedo necesita ganar en Málaga para salir del día de la marmota que vive temporada tras temporada

La ilusión llega por emburriones

Lo que cambian las cosas. Hace justamente un mes, en un lloviznoso domingo, el Oviedo empataba en casa contra un equipo en pretemporada. Se acordarán seguro, fue contra Las Palmas y jarreaba como si fuera el fin del mundo. Pero, afortunadamente, ni se acabó el mundo ni la temporada para los azules. El mundo sigue rodando (excepto para los tierraplanistas) igual que el balón en el Tartiere. Pero ahora parece que va a una velocidad diferente. Bueno, quizás sean los jugadores los que llevan una marcha distinta. Porque coincidirán en que no fue lo mismo aquel empate contra los canarios que el del pasado domingo frente al Granada. Son como dos mundos diferentes. Y todo con muy poquito. Solo ha hecho falta un cambio de mentalidad, hacer creer a estos jugadores que son capaces de ganar a quien sea y que pueden con cualquier cosa que se les ponga por delante. Así, sí. Hizo falta un emburrión.

Pero ojo, que este nuevo Oviedo aún no ha hecho nada. Bueno, perdón, sí que lo ha hecho, ha logrado que una buena parte de la afición haya vuelto a recuperar la ilusión que se había perdido contra el Lugo, Las Palmas y el Córdoba. Tres partidos para olvidar y que podrían haber cambiado la historia de esta temporada. Y lo ha logrado por pura intensidad, por "emburriar" más que el rival y ponerle más ganas. Al final, no era tan difícil. La receta era extremadamente sencilla y llevaba toda la temporada ahí delante. Bastaba con esa combinación de fe y de querer. Eso y tratar de ponerle algo más de picante al ataque. De vez en cuando no viene mal despeinarse.

El del pasado domingo fue un ejemplo de lo que es esta división. Dos fallos, uno por cada equipo, y dos goles. Aquí (en la Segunda División) el que destaca y el que acaba sacando la cabeza es el que menos errores de bulto comete porque todo está demasiado igualado a la baja. No hay más. Ahora la duda que todo carbayón de bien tendrá es hasta cuándo durará esa intensidad. Hasta que jornada tendrán fe los jugadores. Es esencial mantenerla, al menos, hasta el lunes, contra el Málaga. Un hueso duro en horas bajas. El partido contra los malacitanos será, con toda probabilidad, de esos que marcan toda una temporada. Así que, si me lo permiten, saquemos un momento la calculadora. Si el Oviedo cae a orillas del Mediterráneo, las opciones de play-off se esfumarán casi por completo. Habrá más balas, pero admítanlo, las esperanzas serían mínimas por mucho que las tozudas matemáticas digan que aún se puede. Si se empata, todo dependerá de los enfrentamientos directos que estas jornadas tiene que afrontar los que ya están en situación de privilegio. Y si ganamos nos sobra ya hasta la calculadora. Ay si ganamos en Málaga.

Hay que conseguir salir de ese día de la marmota que el oviedismo lleva viviendo desde que volvió a poner el pie en Segunda División. Ya saben, remar y remar toda la temporada para acabar muriendo a las orillas del play-off.

Compartir el artículo

stats