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"¡Aquí nadie puede bajar la cabeza!"

Egea aprieta a sus hombres en el entrenamiento de ayer e insiste en la presión de balón tras pérdida

Egea, en El Requexón. LUISMA MURIAS

Alterada la rutina de la semana por la disputa del choque de Málaga el próximo lunes, el entrenamiento más exigente se retrasa al jueves. Mientras los jugadores completan el trabajo físico, Egea, entrenador del Oviedo, permanece en segundo plano. Cuando los futbolistas pasan al campo número 4, donde el argentino lleva minutos colocando minuciosamente los conos y picas, Egea toma el mando. Sigue el entrenamiento encima, aunque condensa sus indicaciones. Cuando interviene, se hace notar. Como en el tramo final, en pleno partidillo, cuando uno de los equipos pierde una pelota y el conjunto rival monta una contra. "¡Aquí nadie puede bajar la cabeza!", se expresa el técnico en un tono elevado. "¡Aquí nadie se lamenta! Me equivoco, como podría haber acertado, pero presionamos aquí. ¡Tac!", continúa el Egea más expresivo. La labor de presión parece uno de los aspectos que más quiere cuidar.

Lo de no bajar la cabeza admite dos lecturas. Una orden al aspecto anímico, a que el Oviedo nunca puede dejar de creer. Como demostró el pasado domingo ante el Granada. Pero también una indicación directa sobre el equipo que Egea quiere plasmar sobre el césped en la trascendental cita de La Rosaleda. El Oviedo que el argentino anhela es atrevido, mira a la portería contraria, juega con dos delanteros. Pero el éxito de su propuesta pasa por la efectividad en la presión tras pérdida, la acción en la que Egea más insiste.

En los dos primeros partidos con Egea, uno de los sellos del equipo ha sido la agresividad a la hora de recuperar el balón. El 4-4-2 exige un esfuerzo extra en la fase defensiva. Si el balón no regresa rápido a poder de los azules, los rivales pueden encontrar espacios y dañar al rival.

De momento, las pruebas de los domingos son satisfactorias. El Oviedo recuperó 64 balones ante el Almería en el estreno de Egea. Contra el Granada, la cifra aumentó a los 66. Los 65 de media suponen un incremento evidente respecto a los 59 que promediaba el equipo azul con Anquela en el banquillo. El jienense forraba su defensa con tres centrales y carrileros y ponía especial énfasis en replegar y tratar de cortar cualquier vía de acceso.

La sesión sirve para comprobar que Omar Ramos está en condiciones de aportar al equipo. Ayer completó la sesión al mismo ritmo que sus compañeros y si Egea lo considera necesario estará en La Rosaleda. Con Forlín parece que habrá que esperar al menos una semana más. Ayer estuvo con el grupo en los ejercicios físicos, aunque se retiró antes a los vestuarios. Sobre el césped de El Requexón, Egea apostó una vez más por el 4-4-2. Uno de sus equipos fue el compuesto por Champagne; Carlos Martínez, Carlos Hernández, Alanís, Christian: Ramos, Javi Muñoz, Jimmy, Jero: Bárcenas, Ibra. El otro, el formado por Alfonso; Johannesson, José Martínez, Javi Hernández, Mossa; Viti, Tejera, Folch, Berjón, Joselu, Toché.

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