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El Oviedo, al estilo británico

Desde la llegada de Javi Rozada, el equipo azul remata, centra y se impone en más duelos individuales que con Egea, aunque falla más pases

Sangalli disputa un balón con un defensa del Numancia. IRMA COLLÍN

La jugada más repetida lleva el balón a la banda de Saúl Berjón, apuesta segura, y a continuación se desata el vendaval. El extremo le gana su pulso al lateral, así suele suceder, y pone el centro. Al área llega una legión de atacantes: el delantero, el media punta, el extremo del lado contrario y un pivote. La jugada favorita del Oviedo de Rozada es tan sencilla de explicar como difícil de contener. Cuando el equipo coordina los movimientos, es un rival temible. Se vio en la segunda parte del Belmonte, con un equipo dominador que se instaló en el campo del Albacete. El Oviedo de Rozada tiene un estilo británico: trata de llegar cuanto antes al área rival.

Los números se encargan de confirmar lo que se sospechaba en las últimas semanas. El Oviedo del nuevo entrenador es más directo que con Egea. Con el argentino, el equipo sufrió numerosos problemas defensivos, aunque en ataque supo mantener el tipo ayudado por el momento de Ortuño. Ahora, el estilo ha cambiado.

Con Rozada, el Oviedo ha aumentado su asedio a la meta de los rivales. Ahora dispara más. El equipo ha chutado 9,5 veces por encuentro, y 4 de ellas a portería, en los seis partidos con el nuevo técnico. Con Egea, promediaba 8,4 intentos por choque, 3,4 de ellos entre los tres palos. También ha aumentado el número de centros al área: 15 por encuentro ahora, por los 14,4 de media de la anterior etapa.

El estilo recuerda a los equipos de la Premier League más clásicos: más que entretenerse en la elaboración, el Oviedo pretende llegar mucho al área del rival. Aunque a veces pueda llevar a la imprecisión. El equipo de Egea, con más ataques posicionales, presentaba un porcentaje mayor de pases buenos: 73,4% de acierto en los envíos; 69,1%, ahora.

El estilo impulsado por el joven técnico lleva al equipo a un esfuerzo físico mayor. También a pelear cada pelota dividida. Imponerse en los duelos en una de las señas de identidad que explican el cambio. El nuevo modelo hace que el equipo haya mejorado sus números en las disputas. Con Rozada, el Oviedo gana 63,5 duelos y 24,2 disputas aéreas por encuentro. Con Egea, la media era de 61,4 y 21,8.

Queda claro, cifras en mano, que el espíritu del nuevo Oviedo tiene que ver con la portería de los contrarios. Que a Rozada le gusta que las cosas sucedan lejos del arco de Champagne. Una consecuencia derivada de ese estilo es que el rendimiento defensivo también ha dado un paso adelante. A los rivales, les cuesta más atacar. De los 5,6 disparos por encuentro que recibían los azules con Egea se ha pasado a una media de 3,2. El cambio ha facilitado la vida de los porteros. De las 3,6 intervenciones por partido a las que se vieron obligados Alfonso y Champagne en la etapa de Egea se ha pasado ahora a 2,1 paradas cada 90 minutos.

Rozada ha encontrado el camino y los resultados empiezan a darle la razón. Es esta, la que refleja la tabla, la principal diferencia entre las dos caras del Oviedo. Con Egea, el equipo sumó 1 punto en 5 jornadas: solo logró empatar ante el Lugo en el Tartiere. Era último cuando fue despedido. Con Rozada, los azules suman 9 de 18 puntos en juego: son el sexto mejor en esas seis jornadas.

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