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El césped puede al chaparrón

El verde del Tartiere aguanta el tipo pese a las intensas lluvias y no fue un excesivo problema para la circulación de balón

El equipo de jardineros de Jarpa, antes del partido. En detalle, Borja y Javi Fuego sobre el césped, y varios jardineros. M. L. / J. P.

Tal y como sucedió hace dos temporadas, en el primer derbi en el Tartiere. La amenaza de la lluvia y el temporal amenazó durante toda la semana. De hecho, en lo que va de noviembre, únicamente no cayó agua en Asturias el día 2. Pero, a diferencia de aquella temporada, la 2017/2018, en la que tuvo que movilizarse un ejército de 24 jardineros para achicar agua en el Tartiere el día del encuentro, la situación ayer era de más tranquilidad. Y el césped, a pesar de la intensa lluvia, respondió.

No estuvo a su mejor nivel -el del Tartiere no lo estuvo nunca desde su inauguración, en 2000- pero no fue impedimento para la práctica del fútbol en los noventa minutos. La peor zona, como esperaban los operarios, fue la banda de los banquillos y partes del Fondo Sur, pero el estado general del césped, como comentaban los operarios de Jarpa, la empresa que se ocupa del césped del Molinón, el Tartiere, Mareo y El Requexón, fue por ejemplo mejor que en el empate ante el Almería de hace quince días (0-0). No se tomaron ayer medidas de emergencia y únicamente se realizó una siega del campo por la mañana, varias horas antes del encuentro. El plan especial se llevó a cabo durante la semana. Las lámparas de tecnología led, instaladas esta temporada, trabajaron 17 horas al día para paliar la falta de luz. La lluvia, para los jardineros, no es el problema. Sí lo es la luz. Y en el Tartiere, por deficiencias en su construcción, no refleja nunca el sol en una de las bandas del estadio. Los cuatro carros de luces (34.000 euros cada unidad) son fundamentales para paliar el déficit solar del Tartiere y se espera que su influencia se note sobre todo a largo plazo. Además, Jarpa decidió aumentar la dotación de jardineros para el derbi. Por si las moscas acudieron un par de ellos más y fueron seis los que cuidaron el verde antes del encuentro. Al descanso, equipados con rastrillos, amoldaron las partes más dañadas.

Los dos entrenadores, Javi Rozada en el Oviedo y José Alberto en el Sporting, hicieron referencia al mal estado del campo durante la rueda de prensa posterior al partido.

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