Paco Jémez sabe que el del domingo (16 horas) ante el Oviedo en el Tartiere puede ser su último partido como entrenador del Rayo Vallecano. El conjunto madrileño, uno de los que cuentan con mayor presupuesto de la categoría, llega en mal momento tras cinco jornadas sin ganar y situado en la decimocuarta posición en la tabla. "Tenemos el culo pelado. Nadie nos ha comentado nada, pero la cosa tiene una pinte fea y es posible que no ganar en Oviedo puede desembocar en cualquier cosa, que quizá no; pero puede desembocar en un cambio de entrenador en el Rayo. Soy franco y lo comento. Luego a lo mejor no pasa nada", dijo en declaraciones a Radio Asturias.

Lo que tiene claro Jémez es que la forma más sencilla que garantizarse la continuidad en el Rayo es ganar al Oviedo: "La mejor manera de no saberlo es ganando en Oviedo". Para Jémez que su puesto esté cuestionado es normal cuando no llegan los resultados: "Entiendo que en estos momentos los resultados no son los que se esperaban y por eso puedo intuir que si esto sigue así al final me va a costar el cargo. Es algo propio de nuestro trabajo y que tenemos que aceptar", añadía.

Todo ello le lleva a concluir que en el partido del domingo el que más se la juega es él: "El partido de Oviedo si para alguien es importante es para mí y para mi cuerpo técnico porque nos estamos jugando nuestro puesto de trabajo; hay que tenerlo en cuenta y hay que aceptarlo. Funciona así y cuanto más claro lo tengas será mucho mejor".