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Un encuentro con huella

Andrades, artista invitado

El Oviedo goleó 5-0 al Rayo en el antiguo Tartiere en 1994 con triplete de Carlos l Antes, el "Chuti" había firmado el tanto 1.300 en Primera División

Carlos espera el remate, ante Wilfred y la defensa del Rayo. LNE

Para Carlos Muñoz, lo de aquella tarde era normal en su repertorio. Un triplete, otra jornada de trabajo con acierto anotador para liquidar al Rayo Vallecano (5-0), el rival hoy de los azules en el Tartiere. Pero la tarde de gloria fue compartida con otro actor que no estaba tan acostumbrado a los flashes. Juan Antonio Andrades, el "Chuti", vistió la camiseta del Oviedo entre 1993 y 1996, una etapa en la que nunca llegó a hacerse con el tono del equipo. Disputó 25 partidos de Liga en esos tres cursos (8 como titular) y solo anotó un tanto. Pero sería una diana especial.

El gol de Andrades, a los 30 minutos de juego, fue el 1.300 de los azules en Primera División. Es el acierto que le sirve para figurar en los registros. De Andrades se comentaba que era un jugador de entrenamientos. Que el talento que demostraba en El Requexón, raras veces se ponía de manifiesto sobre el césped del Tartiere. Había llegado al conjunto azul avalado por una carrera en la élite de la mano del Sevilla. Aunque, al igual que sucedió en Oviedo, nunca llegó a dar el paso definitivo al primer plano.

El 1-0 tuvo la colaboración especial de Wilfred, aunque de forma no intencionada. Al "Chuti" le cayó un balón más allá de la frontal y probó con un zurdazo lejano. El disparo era duro, aunque demasiado centrado. La lluvia también puso de su parte ante la acción del portero nigerano, que trató de blocar el balón, pero este se escurrió entre sus guantes hasta entrar en la portería. Fue la única celebración goleadora de Andrades con el Oviedo.

Aquella, la de la victoria ante el Rayo, fue una de las tardes más recordadas del hispano-francés. En realidad, fue una jornada redonda para el equipo azul, dirigido entonces por Radomir Antic, con una plantilla muy competitiva. El serbio formó aquel día con Viti; Cristóbal, Jerkan, Rivas, Carreras; Berto, Suárez, Jokanovic, Andrades: Maqueda y Carlos. En la segunda mitad, también intervinieron Luis Manuel y Elcacho.

La primera parte fue pareja, solo alterada por el acierto ya comentado de Andrades. Pero tras el descanso, en medio de una tromba de agua, los azules machacaron la meta de Wilfred. Dos zurdazos y un derechazo de Carlos le sirvieron para firmar el hattick y acabar con la resistencia rayista. La guinda la puso Maqueda, superado el minuto 90, empujando un toque previo de Luis Manuel a la red. El Rayo contaba con una delantera de prestigio formada por Hugo Sánchez (35 años por entonces, tras tocar techo con el Madrid) y Onésimo.

El triunfo fue de los recordados en el vetusto Tartiere, por las condiciones del campo, la actitud (los jugadores del Rayo se quejarían al final del choque del exceso de ímpetu de los locales) y por la contundencia. Los azules no ganaban un duelo en la máxima categoría por 5-0 desde cuatro años antes, cuando (1 octubre de 1989) derrotó a la Real Sociedad en el Tartiere por idéntico resultado.

La goleada, jornada 18.ª (penúltima de la primera vuelta) les daba aire a los de Antic, que aquel año soñaban con pelear por algo más que por la permanencia. Con el triunfo, los azules se situaban con 18 puntos (la victoria daba dos como recompensa), en el 13.º puesto, cuatro por encima de la promoción de descenso y a tres de los puestos de UEFA.

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