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El invierno de la estabilidad

El Oviedo, con Federico González blindado, recobra la paz y descarta a corto plazo la llegada de más gestores - El club azul arrancó en agosto con Del Olmo, Michu y Egea y ahora se agarra a Arnau y Rozada

En solo tres meses, los transcurridos de septiembre a noviembre, el Oviedo sufrió más cambios estructurales en la cadena de mando que en los últimos cinco años. Fue el primer huracán en Segunda División de la etapa del Grupo Carso, propietario del club. La tormenta ha dado paso a la relativa calma. El invierno trae estabilidad para los azules, con nuevos jefes y, sobre todo, menos urgencias. En el campo y en los despachos, en constante mudanza en este tramo, 2020 empezará, si nada lo impide, en paz para el oviedismo. Pero los cambios han sido notorios en el peor tramo deportivo del Oviedo en esta etapa en Segunda División, bordeando el descenso a Segunda B en el año marcado en el calendario por México para ascender por fin a Primera División.

El club azul echó a andar en agosto con tres actores protagonistas: Joaquín del Olmo, director general de la entidad; Michu, responsable deportivo; y Sergio Egea, entrenador. A 22 días para 2019, los tres son historia. Menos Michu, que se fue por iniciativa propia descontento por la falta de confianza de los rectores del Oviedo en la ciudad, todos fueron fulminados. Del Olmo por decisión directa de Arturo Elías y Egea por la crisis deportiva y las malas sensaciones del equipo.

Los empleados del club azul siguen adaptándose al nuevo jefe: Federico González, que desde noviembre tiene contrato en vigor con la entidad carbayona. Estará, al menos, hasta el 30 de junio, y percibirá un sueldo 50.000 euros, como informó ayer LA NUEVA ESPAÑA. La plantilla azul -varios jugadores desconocían hasta ayer el tiempo de duración mínimo de González en el club- se ha visto afectada por los constantes cambios, tal y como deslizó Javi Rozada, entrenador, que apuntó a la falta de "concentración" sobre uno de los motivos de la racha de cinco partidos sin ganar. Ahora, el equipo ha recuperado la senda de las victorias -dos triunfos consecutivos y a tres puntos del descenso- y el club vive cierta calma mientras se cierran otros cambios recientes relativos al día a día de la entidad.

Los nuevos perfiles de mando difieren de los anteriores. González, más distante con la plantilla, tiene 21 años más que Del Olmo y un trato radicalmente opuesto con los jugadores al que tenía el antiguo asesor. Exfutbolista y exentrenador, Del Olmo era una persona muy próxima a los jugadores y al cuerpo técnico. Con influencia en la dirección deportiva junto con Michu, tenía ya varios planes futuros en lo relativo, por ejemplo, a posibles renovaciones de diferentes futbolistas. Todo quedó parado tras su adiós en octubre, que dejó en el club cierta sensación de interinidad. Del Olmo apostó por Michu, pero el ovetense no sintió el apoyo del club tras la marcha del mexicano para planificar el rumbo en los despachos. César Martín, que tenía una relación distante con Michu, se quedó al mando de la dirección deportiva de forma interina.

Ahora, eso pasa a la ventanilla de Francesc Arnau, cercano a César, que ya mueve ficha para planificar al mercado de invierno. El catalán, cuentan desde el club, se ha encontrado una entidad mejor de lo que esperaba y en clara línea ascendente desde el césped. En el Oviedo respiraron tranquilos cuando por fin llegó un director deportivo. La plantilla, muy unida en su mayoría a Michu, también.

Era la prioridad de Arturo Elías para iniciar la reconstrucción. Por lo que, con Arnau en Oviedo -será presentado mañana- otras reformas estructurales pasan a un segundo plano. De momento, con Federico González blindado en el cargo, los planes han cambiado. Cuando salió del Olmo la intención de Elías era que González dirigiese una transición silenciosa en el club azul.

Una de las misiones del mexicano era encontrar un candidato para la gestión del Oviedo, uno de los perfiles que se valoraba en aquel momento, además, era que conociese la realidad del club. Por otro lado, el consejo (Jorge Menéndez Vallina, presidente; Manuel Paredes, vicepresidente; y Fernando Corral, consejero) debería dar un paso adelante en el día a día. Ahora, la llegada de otro directivo del fútbol nacional parece aparcada hasta nuevo aviso. Ese puesto es el de González, que está a gusto en la ciudad e incluso busca domicilio para asentarse con su familia. Con el puesto de González, Arturo Elías tiene un interlocutor de peso tras la marcha de Del Olmo. Él y Vallina -también otras voces externas al club- le informan del día a día en la entidad. Tras tres meses en el alambre, con varios rumores de venta del club -disipadas tanto por González como por Elías- Carso ha afrontado una reestructuración exprés: De Del Olmo, Michu y Egea a Federico González, Francesc Arnau y Javi Rozada.

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