La intensidad, como arma para hincarle el diente al líder, el todopoderoso Cádiz -rival fetiche del Oviedo en el Tartiere, con tres victorias en las tres últimas visitas-. El Oviedo comenzó ayer a preparar el encuentro del domingo ante los gaditanos (16.00 horas) tras la sesión regenerativa del lunes.
El ánimo de la plantilla está por las nubes y el análisis de un amplio grupo del vestuario coincide en privado con el que se manda desde la sala de prensa: el equipo azul pasa por su mejor momento de, hasta ahora, una mala temporada.
Y las armas de la reacción han sido claras: efectividad total en ataque y coraza defensiva basada en la fiereza en los duelos (en Santo Domingo el Oviedo volvió a salir victorioso en las disputas aéreas).
Pero, entre tanta intensidad, un par de percances reseñables en la mañana de ayer en la ciudad deportiva azul. Arribas y Nieto se retiraron antes de tiempo a vestuarios e hicieron saltar las alarmas en El Requexón de cara al partido ante el Cádiz, el penúltimo antes del parón. Ambos jugadores, indiscutibles en este momento para Javi Rozada, han sido claves en el buen momento del Oviedo tras las dos últimas victorias. Arribas se fue la sesión a los pocos minutos, tras el calentamiento, con molestias musculares. El madrileño, de 30 años, ya estuvo lesionado a principio de temporada y pasó más de mes y medio sin jugar. No obstante, no parece ser grave -el club indicó que se trata de una sobrecarga- y en principio no tendría que tener problemas para jugar el domingo contra el Cádiz. Más aparatosa pareció la lesión de Juanjo Nieto, que se queda solo en un golpe. El lateral castellonense chocó en una acción con Ortuño y se retorció de dolor llevándose la mano al tobillo izquierdo. El propio Javi Rozada se acercó, preocupado, a interesarse por el estado de Nieto, que se retiró a los vestuarios acompañado por el médico del club, Manuel Rodríguez.
El entrenamiento, con la baja de Borja Sánchez (también la de Berjón y Joselu, fuera de la dinámica) por una gastroenteritis y la presencia de Josín y Javi Mier, del filial, siguió sin Arribas y Nieto con ejercicios y partidillos a dimensiones reducidos con una gran dosis física. Rozada quiere la versión guerrera para ganar al Cádiz, que llegará al Tartiere tras una derrota y un empate en casa. La sesión fue seguida muy de cerca por César Martín, responsable de relaciones institucionales, y Roberto Suárez, director de metodología de la cantera. No estuvo siguiendo la sesión el director deportivo Francesc Arnau, que hoy será presentado en el Tartiere (13.00 horas).
