Ajeno al ruido destapado por su irrupción en el fútbol profesional, a Borja Sánchez (Oviedo, 1996) solo le interesan los asuntos que tengan que ver con la pelota. Que el árbitro indique el comienzo del choque y exponer su talento. Es ese talento, precisamente, el que ha atraído a varios conjuntos de Primera a interesarse por su situación. Sus condiciones, su juventud (23 años) y una cláusula de rescisión exigua (3 millones de euros) actúan como cebo para pretendientes. Borja sabe que su nombre suena con fuerza en el fútbol profesional, pero él se centra en la pelota. "Estamos concentrados en el domingo", dice de forma automática, pronunciando la idea más repetida esta semana desde El Requexón.

Cuando se le pregunta por su situación contractual, el canterano responde. "Todavía no hemos hablado de la renovación, estamos centrados en la competición, en ganar y seguir escalando. Ojalá pueda renovar porque estoy encantado en el Oviedo, en el club de mi vida, pero aún no hemos hablado nada", señala. Y reconoce saber algo del ruido generado en las últimas fechas: "Me llegan cosas, no sé a ciencia cierta lo que tengo y lo que no, pero estoy centrado en mi equipo". El canterano da explicaciones tras la visita que ha hecho a los chavales del campamento Real Ovieodo, que se celebra en fechas navideñas en Fundoma.

Borja despeja balones cuando se habla de su futuro y tiene un guion marcado. La oportunidad de jugar en el fútbol profesional le ha llegado más tarde de lo que se esperaba de un futbolista de su calidad, la perla más brillante de El Requexón en los últimos años. Ahora, alcanzado el status de futbolista profesional, nada debe apartarle del camino. Pero lo cierto es que el Oviedo tiene en su hoja de ruta acelerar la renovación de Borja y que ya ha habido algún acercamiento con su entorno para conocer su predisposición, sin oferta alguna hasta la fecha. El futbolista lo tiene claro. Quiere triunfar de azul y ahora sí ve la oportunidad de hacerlo. Y está el "factor Rozada", decisivo en su explosión en el fútbol profesional.

Borja se enfrentó a una situación complicada en la campaña 2017/18, cuando, con contrato en el Madrid, apostó por regresar al Oviedo. No le importó que fuera para hacerlo en filial, en Tercera. Rozada tuvo gran parte de la culpa de aquella operación. Borja ascendió con el Vetusta y llamó la atención el año pasado en Segunda B. Siempre con Rozada como técnico. Anquela no supo detectar su talento y Egea fue incapaz de sacarle jugo. Y ha sido otra vez el técnico ovetense el que le ha aupado al primer plano.

El final de 2019 le ha dejado el mejor sabor de boca en lo personal después de una época de incertidumbre sobre su futuro. De ahí que no lo dude cuando se le pregunta por el saldo del año. "Los últimos meses de 2019 fueron muy bonitos. Sucedió lo que llevaba mucho tiempo esperando. Ojalá 2020 sea igual o mejor", señala el joven.

La última reflexión de Borja le hace recuperar la senda marcada, el siguiente choque liguero: "Es muy importante el partido ante el Málaga. Debemos empezar la segunda vuelta mejor que la primera, porque aquel mal inicio nos lastró. Y hay que hacerse fuertes en casa. Es vital para nosotros ganar ante nuestra gente".