Francesc Arnau buscaba músculo para el centro del campo y lo ha encontrado en Luismi Sánchez (Puerto Serrano, Cádiz, 27 años), pivote de presencia del Valladolid. Una operación con dos lecturas. La parte más negativa, la inactividad del futbolista, que en el último año y medio apenas ha disputado 117 minutos en la Copa. Las lesiones no se han puesto fácil. La vertiente positiva, sus condiciones. Luismi es un pivote que mostró hace dos campañas su mejor versión con el Valladolid de Sergio González, que finalmente conquistó el ascenso a Primera. Rozada gana un pivote con unas condiciones que se adaptan a la demanda azul y ahora le toca a él tratar de sacarle el jugo que tiene.
El pivote llegó ayer a Oviedo y hoy estampará su firma en el contrato con los azules y será presentado siempre que supere el último trámite: un reconocimiento médico al que se someterá en las próximas horas. La decisión de Arnau con la operación y el deseo del futbolista, que también ha contado con una oferta del Dínamo de Bucarest en este mercado de invierno, de contar con minutos han sido decisivos para cerrar la operación. Su edad, 27 años, también juega a favor de la apuesta: necesita reivindicarse tras año y medio de ostracismo.
La escasa participación de Luismi en las últimas dos campañas tiene su origen el 28 de abril de 2018 cuando cayó lesionado en la primera parte del duelo ante el Cádiz. Desde entonces su tobillo izquierdo quedó dañado. Solo dos partidos coperos, noviembre y diciembre de ese año, precedieron al paso por el quirófano en Vitoria. La recuperación ha sido lenta y su única participación esta campaña sucedió en el duelo de Copa ante el Tolosa el pasado 18 de diciembre.
El propio Rozada hacía ayer referencia a la posible llegada del andaluz en su intervención ante los medios en el Carlos Tartiere. "Tiene experiencia, ascendió con el Valladolid e hizo una segunda vuelta muy buena. Tiene 27 años, creo que es un perfil muy bueno; desconozco cómo está la negociación, pero sí que es uno de los nombres que Arnau me dio hace tiempo", señaló el técnico del Oviedo.
El objeto más representativo de Luismi es el casco que suele lucir en los partidos. Es una forma de protegerse y actúa como recuerdo instantáneo de lo sucedido en noviembre de 2012, un suceso que significa un punto de inflexión en su carrera. Fue en un encuentro entre el Sevilla Atlético y el Jaén, en Segunda B, en el que el pivote fue a una disputa con tanto ímpetu como el futbolista rival Nino. El choque dejó helados a los presentes. Una ambulancia acudió al estadio para llevar a Luismi al hospital, donde se le detectó una fractura temporoparietal: se había roto dos huesos del cráneo.
La situación fue a peor y a las dos horas del primer examen se comprobó que había aumentado la hemorragia, por lo que fue intervenido horas después. Incluso se temió por su vida. Superado ese trance, a Luismi siempre le acompaña el característico casco que el portero Peter Cech puso de moda.
Ahora, el centrocampista pondrá sus características al servicio del Oviedo. Rozada suma al gaditano a Tejera, Jimmy, Lolo y Edu Cortina para darle un salto de calidad a una línea que ha dado problemas.
