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Marco Sangalli | Extremo del Oviedo

"Peleo contra la imagen que tienen los futbolistas"

"Hoy parece que un jugador tiene que pasarse el día en las redes sociales"

Marco Sangalli, en El Requexón tras un entrenamiento. MIKI LÓPEZ

Marco Sangalli Fuentes (San Sebastián, 1992) viste pantalones de pana, zapatillas negras, un jersey de cuello alto y un abrigo de plumas oscuro. Dice que el gusto por la moda no le viene de su ascendencia italiana. "Más bien por Donosti", cuenta. El extremo del Oviedo lo explica a LA NUEVA ESPAÑA sentado en el banquillo de El Requexón tras el entrenamiento y aprovecha para pasar revista sobre su experiencia en el mundo del fútbol. Sangalli, un enamorado de San Sebastián, su ciudad, aparenta ser un tipo profundamente normal. Le mosquea el postureo del mundo del fútbol y sueña con algún día, quién sabe, ganar un título en la Real Sociedad como entrenador. Aunque sus amigos le vacilan.

- Su hermano es futbolista, su madre jugó al baloncesto y un tío suyo (Miguel Fuentes) fue jugador y presidente de la Real Sociedad. ¿A usted le tocaba ser deportista sí o sí?

-Bueno, no se crea. Muchas veces hijos de deportistas no llegan a nada. Mi abuelo, en Italia, también llegó a jugar en las categorías inferiores del Inter. Mi tío jugó en la Real y tengo otro tío que jugó en el Sestao y fue entrenador de las chicas del Athletic. Y el primo de mi madre es Satrústegui, uno de los mayores goleadores de la Real Sociedad. Por parte de mi padre no tenía tanta familia deportista.

- ¿Qué hace su padre?

-Es ingeniero. Jugó a fútbol, pero no se le dio.

- ¿Y usted que hubiese hecho si no llega a triunfar en el fútbol?

-Estudio Ingeniería Civil y me quedan pocas asignaturas para acabar la carrera. Lo llevo a distancia y tengo la matrícula en San Sebastián, todavía no he podido terminarla, pero espero hacerlo. Si no llego a ser futbolista me hubiese buscado la vida como ingeniero.

- ¿Le insistió su familia para que siguiese estudiando?

-Mi madre es profesora de Universidad y desde pequeño me inculcaron la importancia de formarse. En el colegio, los marianistas de Donosti, sacaba buenas notas y llegué a la carrera sin problemas. Los dos primeros años muy bien, pero el tercero me costó más porque empecé con el primer equipo de la Real y los horarios no me congeniaban bien. Mi hermano ya ha acabado el máster y le ofrecieron hacer el doctorado, quedó de los primeros de su promoción.

- Usted dice que su referente es su hermano menor, ¿por qué?

-Es un poco metafórico. Parece que el hermano mayor siempre tiene que ser el ejemplo y en este caso es al revés. Luca está jugando en Primera División en el equipo de su casa, ha terminado la carrera?Le admiro mucho. Aunque él a mí también.

- Hace un año les dio un buen susto (al hermano de Sangalli le dio un ictus del que ya está completamente recuperado).

-Fue el peor momento que he vivido nunca. Estaba comiendo y mi madre me llamó al móvil. No solemos hablar por teléfono y me extrañó la llamada. Le contesté por casualidad y me lo contaron. Quedé con la novia de mi hermano, que estaba en Madrid, e hicimos el peor viaje de nuestra vida hasta Donosti. Nos pasamos cuatro horas llorando sin parar. Teníamos la incertidumbre de no saber lo que estaba pasando, porque la familia te cuenta cosas, pero no sabes muy bien como estaba en realidad. Por suerte todo salió bien. Fue muy raro que le pasase eso. Ya está completamente recuperado

- Hace poco el susto lo dio usted en Málaga (se desvaneció en la Rosaleda).

-Fue casi a la vez, pero un año después que lo de mi hermano. Se quedó en nada, era simplemente un bulto. Mi familia se preocupó relacionándolo con lo de mi hermano, pero yo estaba bastante tranquilo.

- Llegó a debutar en la Real, ¿cómo fue irse de casa?

-Antes hablaba de lo de mi hermano, pero el día que me dijeron que no iba a seguir?Estuve en la Real desde los 11 años hasta los 21, pasé por todas las categorías, y debuté en el primer equipo. Cuando me dijeron que no contaban conmigo fue de una manera que? No fea, pero me lo esperaba de otra forma. Fue muy frío.

- ¿Quién se lo dijo?

-Yo estaba esperando y esperando y nadie me decía nada. Un día el director deportivo me llamó al despacho y me dijo que no contaban conmigo, que gracias por todo. Cuando llevas tanto tiempo en un sitio te lo esperas de otra manera, pero al final así es la vida real. Si no te quieren, no te quieren. Y ya está.

- El fútbol, ¿no?

-Pasa muchas veces cuando dicen eso de, "este no siente los colores". Pues muchas veces es al revés: los jugadores sienten los colores y es el club el que no siente que los jugadores tengan que estar en su club.

- ¿Y qué hace cuando le dicen que la Real no cuenta con usted?

-Había pasado la temporada cedido en el Alavés y me dijeron que en principio me iba a quedar. El entrenador de la Real era David Moyes y no contaba con los cedidos en ese momento y me dieron carpetazo. Al año siguiente, en el Mirandés, hice muy buena temporada. Metí seis goles y di siete asistencias y pensé que quizá en la Real tendría alguna oportunidad, pero tampoco se dio y ya entendí que mi etapa ahí se había acabado. Me gustaría volver algún día, pero como jugador prácticamente es imposible. Si tengo que volver, que sea de otra cosa.

- En Alcorcón ya tenía buenas referencias del Oviedo?¿no?

-Sí. Carlos Fueyo era el fisio, llevaba el oviedismo en vena y todo el rato me estaba hablando del Oviedo. También estaba David Fernández, que jugó aquí, salió hace unos años y siempre me hablaba mucho del Oviedo a pesar de su salida. Ahora que estoy en el club todavía entiendo menos que David se pudiera marchar del Oviedo de esa manera. Un tío con valores, con nivel de juego?Me cuesta mucho entender que en un club no se cuide a una persona como David, porque seguramente él cuidaría de la manera que lo hace al Oviedo.

- ¿Nota la diferencia respecto Alcorcón o Miranda?

-Aquí se hace más eco de todo. Tienes una afición muy potente detrás, pero la responsabilidad muchas veces es la misma. Yo intento jugar misma manera que cuando estaba en el Alcorcón o en el Mirandés, eso no cambia. Aquí, en Oviedo, sí hay más presión y tiene que ser positiva, porque jugar en casa tiene que ser bueno para nosotros. El Oviedo es un grande en todo y se vive con mucho sentimiento.

- ¿Qué le dicen por la calle?

-La gente muy bien, el problema es que yo soy bastante vergonzoso. No me gusta ser reconocido y respeto el espacio de cada uno.

- No parece tener la típica imagen de futbolista.

-Peleo mucho contra eso. Hoy en día está todo muy globalizado y puedes ver lo que hace cada jugador de fútbol por las redes sociales. Parece que un futbolista tiene que pasarse el día subiendo fotos del partido del fin de semana o de cada entrenamiento?

- Usted también sube fotos a Instagram.

-Sí, sí, subo fotos. Pero hablo de otros casos. Como cuando un jugador dice en Instagram lo importante que es el partido de hoy o que pena por no haber ganado... Todo el mundo sabe que es importante, son mensajes que no tienen ningún tipo de sentido. Yo vivo con mucha pasión mi deporte, pero supongo que un electricista, por ejemplo, también puede tener pasión por su trabajo y no está todo el día subiendo fotos de instalaciones eléctricas. No veo que ponga, "que buena instalación he preparado hoy".

- ¿Y por qué dice que lucha mucho contra eso?

-Vengo de una familia muy normal y tengo unos amigos muy normales. En Donosti me conocen más por la persona, pero en otros sitios existen prejuicios hacia los futbolistas. Hoy en día, en un mundo tan globalizado, nos fijamos en Cristiano Ronaldo y compañía. Y hay mucha diferencia en la forma de vivir de ellos con la de otros. Aunque también, en cierta medida, puedo entender cómo viven porque es la propia gente la que genera todo eso. Parece que muchos futbolistas no pueden ser personas normales. Aunque hay excepciones: el otro día vi a Marcelo por Madrid y estaba paseando tan tranquilo. Yo no tengo ningún tipo de repercusión para que la gente me siga por la calle. El fútbol es una profesión más, que se vive con pasión y pones contenta a mucha gente, pero ya está. Puedes ser una persona normal y dedicarte al fútbol.

- ¿Los futbolistas viven en una burbuja?

-Los habrá que sí y los habrá que no. El fútbol tiene una cosa muy significativa: no importa la clase social para jugar. Desde el hijo del Rey hasta alguien nacido en las 3.000 viviendas de Sevilla. Hay futbolistas que casi no han tenido educación y otros que sí. Hay diferentes personas en este deporte.

- ¿Se esperaba un inicio de temporada con tantos acontecimientos?

-La verdad que no. Yo vine aquí con la idea clara de estar arriba, como ha estado el Oviedo estos años y dar un paso más. La temporada no comenzó como quisimos, llevamos un déficit muy grande del inicio de Liga y cuando te ves abajo es complicado salir. El equipo está mejor, compite, y tenemos menos puntos de los que merecemos. Pero bueno, no queda otra que seguir aunque suene a tópico. Queda mucho y tenemos que sacar puntos.

- ¿Qué le pareció el cambio de entrenador?

-Egea tuvo poco tiempo y mala suerte. Nos metieron varios goles en el 94, si no llega a pasar eso igual sigue de entrenador. Pero la vida es así y creo que Javi le ha dado la vuelta a la situación. Seguramente esperábamos haber salido un poco más de la zona de abajo, pero el trabajo está siendo bueno. Javi conoce mucho a la gente de la casa y tiene el oviedismo en vena. Eso es bonito, que una persona con ese sentimiento de Oviedo y con la capacidad que tiene esté dirigiendo al equipo. Yo sería feliz si Javi fuese el entrenador que saliese en la foto del ascenso el día de mañana. Me gusta la gente que siente al equipo de esa manera.

- ¿Dónde se ve al dejar el fútbol?

-Me queda bastante y todavía tengo que terminar la carrera. Me gustaría seguir en el tema del fútbol. Siempre vacilo a mis amigos y les digo que el próximo entrenador en ganar un título con la Real voy a ser yo.

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