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Adiós a "vinagre", la mayor apuesta azul en cinco años

Joselu, el fichaje estrella de Carso, vuela mañana a Tenerife l Deja diez goles y margen para gastar

Joselu celebra su gol ante el Elche en el Tartiere. JULIAN RUS

El mayor fichaje de la etapa del Grupo Carso de Oviedo, Joselu Moreno (Cartaya, Huelva, 1991) se despide hoy de la que ha sido su ciudad 17 meses y dos días después de su aplaudida contratación. El culebrón de su salida quedó finiquitado tras varios días de negociaciones y el delantero, que ayer se despidió de sus personas más cercanas en la capital, pone rumbo mañana a Tenerife para embarcarse en su nueva aventura en las Islas.

Joselu deja libre el dorsal número nueve, amplio espacio en el límite salarial, diez goles en 46 partidos como oviedista, una buena relación con el vestuario (le apodan cariñosamente "vinagre", por su carácter) y, sobre todo, la sensación de que las cosas no salieron como se esperaban para ambas partes cuando un 14 de agosto de 2018 el Oviedo anunció su contratación entre bombo y platillo, con redoble tuitero y tras un culebrón con el Granada que se prolongó durante semanas interminables.

Joselu se embarcó en el Oviedo en el verano de 2018, un mercado marcado por la búsqueda de un nueve de garantías tras la salida de Linares y el desgaste del veterano goleador Toché.

La falta de pólvora, creían en la dirección deportiva (Ángel Martín González era por entonces el secretario técnico y Joaquín del Olmo el director general con amplia influencia), había sido uno de los motivos principales por los que el Oviedo no se clasificó para el play-off en el primer año de Juan Antonio Anquela al frente. El club azul se lanzó al mercado y tocó varias opciones. Aunque Joselu, fichaje de postín del Granada en el verano de 2017 tras su "Pichichi" con el Lugo, no era la primera opción que aparecía en la lista.

Se intentó con Cardona, que acabó en el Eibar. Y con Rodri, de la Cultural, que se fue precisamente en el Granada, y se barajaron otras opciones. Pero Joselu se puso a tiro en una operación complicada debido a su salario y al año que le restaba de contrato. Pero la apuesta fue total, en una clara ruptura respecto a políticas pasadas de apostar por contratos cortos.

El Oviedo firmó a Joselu por cuatro años, un hito con Carso al frente, a unos 400.000 euros anuales (más de millón y medio en total) y el oviedismo le recibió con los brazos abiertos: 300 personas en su presentación.

El ariete comenzó tarde la temporada por problemas físicos y hubo que esperar hasta la jornada 5, ante su exequipo, el Lugo, para ver su primer tanto. Después, otros nueve, seis de ellos en el Tartiere. Insuficientes para un tipo profundamente autoexigente que se come la cabeza por cada error en el campo. Se puso el reto de que su segundo año como azul fuese su año. Adaptado plenamente a la ciudad, donde deja grandes amigos, vecino del barrio de Montecerrao (incluso se compró un piso en propiedad) nunca esperaba que las cosas saliesen así. Una lesión en pretemporada condicionó su inicio y desde entonces todo fue cuesta abajo.

Joselu, siempre con un ojo en las redes sociales, preocupado por irse bien del club azul, no lo ha pasado bien en estas semanas de vaivenes con el mercado abierto. Nunca olvidará, dicen los que le conocen, las ovaciones que el Tartiere le dedicó en casi cada partido como azul.

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