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La lupa

Okazaki, un guerrero japonés con una Premier

El delantero ganó la liga inglesa en 2016 con el sorprendente Leicester

Okazaki, a la izquierda, en un partido con el Leicester ante el West Ham United. EFE

La historia de Cenicienta hecha fútbol tuvo una versión emocionante en la campaña 2015-16. El Leicester protagonizó ese "remake", con Claudio Ranieri, perro viejo, a los mandos. El cañonero de aquel grupo era el trabado Jamie Vardy. A su lado, la nota exótica. El japonés Shinji Okazaki (Prefectura de Hyogo, 1986) trabajó a destajo en la vanguardia, acumuló aquella campaña 36 partidos y anotó cinco goles. Aquel Leicester, un equipo construido para salvar la categoría en la competitiva Premier League, se proclamó campeón contra todo pronóstico. El futbolista japonés siguió su trayectoria en el Leicester hasta esta misma temporada, en la que probó por primera vez en España.

La cosa no comenzó bien para este guerrero, que destaca principalmente por su espíritu de sacrificio. Su primer destino en Segunda fue el Málaga, con el que no llegó a debutar porque finalmente no le pudieron inscribir al sobrepasar el límite salarial permitido por la Liga de Fútbol Profesional. Okazaki no tardó demasiado en encontrar un nuevo destino en la categoría de plata. El Huesca, uno de los clubes con mayor margen de maniobra en lo económico al contar con el fondo de ayuda al descenso, se fijó en este mito del fútbol japonés para intentar regresar a la máxima categoría. Y, de momento, con 19 partidos disputados y 4 goles, está cumpliendo. A pesar de todo, el puesto de delantero pasa a estar ahora más disputado por la llegada de Rafa Mir, otro ariete que le competirá el puesto y que hoy estará en el Tartiere. También podría Míchel, el entrenador del Huesca, intentar con ellos una pareja similar a la que formó Ranieri con Jamie Vardy y el propio Okazaki.

Para hacerse una idea de la relevancia de Okazaki en su país basta con ver lo que sucedió ayer cuando el autobús del Huesca llegó a Oviedo. Dos admiradoras de su país, emocionadas por ver a su ídolo, le esperaban con la bandera de Japón para que se la firmara. Y es que Okazaki es uno de los pocos futbolista de Japón, y de los primeros, que ha conseguido labrarse una carrera en algunas de las mejores ligas del mundo, como la Bundesliga, su primera experiencia en Europa la Premier y, de momento, la Segunda División española.

Pero si su carrera ha sido importante a nivel de clubes, con su selección no se queda atrás. Ha disputado los tres últimos Mundiales -en los que su equipo siempre ha alcanzado los octavos de final- y los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008. En total, lleva 96 partidos con su selección, durante los que ha marcado 47 goles, siendo el tercer máximo realizador y el segundo con más partidos disputados en la historia de la selección nipona.

El talento de este delantero japonés salió de su país en 2011, cuando llegó al Stuttgart, donde estuvo tres temporadas y demostró que un jugador de su país podía triunfar en Europa. Mejores sensaciones todavía dejó en el Maguncia, su segundo equipo en Alemania, en el que marcó 27 goles en dos temporadas y donde se le abrieron las puertas de un Leicester que pasó a ser uno de los equipos del montón de la Premier a todo un campeón. Un destino perfecto para un guerrero que se lo ha ganado todo a base de dejarse el alma en el campo. Ahora, en Huesca, ha encontrado otro equipo y otra ciudad a su medida. La de un pequeño que lucha entre gigantes.

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