Rodri está a la espera de que los problemas con el límite salarial del Oviedo se solucionen y pueda firmar con el conjunto azul. El delantero esperará en León, junto a su mujer, para que lo que ayer era una cuestión formal se convierta en una realidad y pueda vestir la elástica azul lo antes posible. "Una calma tensa" después de haber tomado una decisión y de haber llegado a un acuerdo económico con el club.

La decisión de paralizar el fichaje se tomó cuando a los dirigentes del club les llegó la información por parte de la Liga de Fútbol Profesional de que uno de sus patrocinios no era totalmente aceptado. En ese momento se desencadenó una tormenta que pilló de lleno al delantero soriano. La confirmación de que se paralizaba la operación llegó cuando se activó la vía mexicana y desde allí no pudieron hacer nada para solucionar el entuerto.

A Rodri todo esto le pilló desprevenido, aunque el futbolista confía en el que club sea capaz de resolverlo todo y cumplir con lo que había pactado. Si no se encuentra una vía para arreglarlo sería la segunda vez que Rodri vive una situación así con el Oviedo. En la anterior ocasión, en el verano de 2018, fue el futbolista el que finalmente se desdijo del acuerdo que había alcanzado con los azules para terminar firmando por el Granada, que le ofrecía más dinero. En este caso es al revés, aunque el Oviedo sigue teniendo interés en el jugador y es la Liga de Fútbol Profesional la que no se lo permite.

La trayectoria de Rodri parecía tener en el Oviedo un lugar bastante lógico para continuar. Nacido en Soria hace 29 años, el delantero ha sido un jugador de Segunda con aspiraciones y condiciones para jugar en Primera División. De hecho, su primera explosión a nivel nacional llegó con un gol que difícilmente podrá olvidarse. Lo consiguió cuando era un prometedor jugador del filial del Sevilla y le llamó el primer equipo para completar una convocatoria en la última jornada de la Liga. No era un partido cualquiera. El Sevilla se jugaba ante el Almería la clasificación para disputar la fase previa de la Liga de Campeones. Para lograrlo necesitaba ganar. Rodri entró al campo cuando quedaban siete minutos del tiempo reglamentario y el partido estaba empatado a dos goles. El Almería, que no se jugaba nada, le había puesto las cosas muy complicadas a los andaluces. Pero en el minuto 90, el canterano aprovechó un rechace para marcar todo un golazo que se celebró por todo lo alto en Sevilla y que pocos de los que lo vieron han olvidado.

Un momento crucial en la carrera del jugador nacido en Soria pero criado en la localidad sevillana de Dos Hermanas. Entonces tenía 19 años y le quedaba mucho camino por andar. Siguió una temporada más en el filial del Sevilla, pero las oportunidades con el primer equipo escasearon y decidió probar con el filial del Barcelona, subiendo de Segunda B a Segunda. Luego llegaron Zaragoza (Primera), Almería (Primera), Valladolid (Segunda), Córdoba (Segunda), Cultural (Segunda), Granada (Segunda) y en esta campaña, en la que finalmente no jugó con el Granada en Primera, pasó unos meses en el Bristol City, de la segunda categoría inglesa.

Una vez desvinculado del club británico, afrontaba con entusiasmo el nuevo reto en el Oviedo. Un lugar que le venía muy bien por razones familiares y que necesita un empujón para salir de los puestos de abajo de la clasificación.