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La victoria de Arnau

El buen trabajo en el mercado de invierno del director deportivo del Oviedo, recomendación de Puyol

La victoria de Arnau

En sesenta días y con todas las trabas del mundo, Francesc Arnau ha dado un revolcón al Oviedo. Nueve operaciones en dos meses para empezar a enmendar el modelo Del Olmo: cinco incorporaciones y cuatro salidas. Refuerzos en todas las líneas y marchas en casi todas. Luego saldrá mejor o peor, luego Joselu acabará "Pichichi", Coris ni la olerá y Omar Ramos terminará convocado para la Eurocopa... Luego podrán pasar un montón de cosas, lo del fútbol y la ciencia inexacta, pero el catalán hizo en tiempo récord lo que se le pedía: agitar el árbol y reforzar la plantilla. Coger el mando, trazar un plan y llevarlo a cabo. Una reforma casi integral, con buena traca final, capaz de sortear las estreches salariales impuestas por La Liga. Incluso sin Pol Lozano, la guinda que se le truncó en una desairada última hora, Arnau puede presumir, sin duda, de ser el triunfador del invierno entre la afición azul. Eso hoy. En verano, veremos. La pelota dirá.

Él y su mano derecha David Comamala han traído al Oviedo profesionalidad. Falta hacía. El amateurismo sigue lastrando al club, pero al menos ellos tienen la suerte de que, de momento, se les deja hacer en una parcela que es capital. A ver si dura. Los dos son hombres de fútbol que conocen los códigos de este tinglado salvaje, lleno de trampas, cláusulas y ansia de comisiones; un mundo en el que hay que saber moverse, ser discreto y tener contactos, y que devora en cero coma a cualquiera de fuera del negociado, no apto para expertos en castings.

Arnau apareció en el radar del Oviedo gracias a Carles Puyol. Fue el exbarcelonista quien se lo recomendó a Arturo Elías. Al ver que aquí no habían sido capaces en dos meses de cerrar a un director deportivo en condiciones, y después del cómico reality del Marriot, el yerno de Slim decidió intervenir y ordenó al presidente Vallina localizar a Arnau, que dio todas las facilidades. Estaba prevenido. Había hablado antes con Puyol.

Eso ocurrió el 2 de diciembre. Hoy es 2 de febrero. En dos meses Arnau ha dado un giro al primer equipo y ha iniciado el cambio de modelo del Vetusta, fuente, por otra parte, de gran parte de sus dolores de cabeza. En los fichajes, contratos cortos y, salvo Lunin, futbolistas experimentados con pasado en la categoría. Pero su verdadero éxito está en las salidas. La suma de las fichas anuales de Joselu, Omar Ramos, Diegui y Javi Fernández era de alrededor de un millón de euros. Ser capaz de colocar sin coste a futbolistas que no juegan en un equipo situado en descenso, o que si juegan dan muy poco rendimiento, es un elemento diferencial que ensalza la labor del catalán.

Tenía muy poco tiempo para intervenir y eso hizo Arnau: intervenir. Como todo en el fútbol, los resultados marcarán su apuesta, pero ahí está su trabajo. Ahora toca centrarse en el Albacete. No es una final oficial, pero sí oficiosa. Apoyo al equipo no le faltará. De arrimar el hombro sabe un rato el oviedismo, que espera la victoria como el comer. La otra victoria, la de Arnau, ahí queda. A ver si, con el tiempo, la puede celebrar.

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