Más que de enfado con los árbitros, la sensación que existe en el Oviedo es de descoloque con el sistema. De confusión total. "¿Por qué una sí y otra no?", se preguntan. Ya no tanto por el penalti en contra señalado en Vallecas por una mano de Lolo revisada por el VAR, que supuso el empate definitivo del Rayo, si no por lo que, observan en el club azul, supone la falta de un criterio claro para valorar diferentes jugadas que están siendo determinantes para el Oviedo en su lucha por la permanencia.
El director deportivo del equipo, Francesc Arnau, actuó ayer de portavoz del club respecto a las polémicas arbitrales de las últimas semanas. "Independientemente de la jugada, con el VAR estamos para unificar criterios. Pongo el ejemplo de dos manos, una que no pita el árbitro y lo hace el VAR, y no discuto que sea o no, y la de Mojica (ante el Girona), que no va a verlas. Todos estamos un poco confundidos y provoca tensiones. El VAR es un elemento más que no está eliminando del todo esas tensiones. Todos tenemos que ayudar, desde todos los estamentos, a que el VAR sea más perfecto", indicó el catalán, muy serio, ayer tras la presentación de Grippo.
El director deportivo recalcó así la postura que tiene el club tras el empate de Vallecas, solo dos semanas después del cabreo por el penalti no señalado en Girona por una mano de Mojica que corrigió el VAR. La acción sigue escociendo después de lo del domingo. No obstante, la entidad azul tiene pensado guardar un perfil bajo con las declaraciones públicas sobre los arbitrajes de ahora en adelante.
De ahí las disculpas inmediatas de Javi Rozada, entrenador azul, tras su expulsión del domingo y también la reflexión de ayer de Arnau, que también comentó la roja del ovetense: "Hay que afrontar las consecuencias de lo que se hace".
Eso, de puertas hacia fuera, porque en privado el club pone el foco en un amplio historial de polémicas y acciones recientes, relacionadas con el VAR, especialmente en el arranque de la segunda vuelta. Al Oviedo le han señalado seis penaltis (el sexto de Segunda que más penas máximas concede) y muchos de ellos han sido decisivos en varios encuentros.
El primero del año fue el señalado en el empate ante el Málaga por una mano de Javi Mier, que debutó ese día con el Oviedo, en una falta botada por los andaluces. El VAR revisó la acción y el Málaga puso desde los once metros las tablas definitivas. Poco después, frente al Almería, llegó una acción señalada en rojo en el calendario por el Oviedo. Corpas simuló claramente en el área, el colegiado señaló penalti por una supuesta entrada de Arribas y nada se supo del VAR. La pena máxima supuso el primero del Almería, aunque el encuentro acabaría 2-0.
Pasarían quince días para otro cabreo monumental del Oviedo del que todavía se habla en el club. El "no penalti" de Mojica tras una mano en el área. El colegiado señaló penalti, su asistente lo corrigió y el VAR no consideró que la jugada tuviese que ser revisada. El penalti fue claro, en opinión de varios ex árbitros internacionales consultados por LA NUEVA ESPAÑA, a los que precisamente aludió Rozada en la previa del partido ante el Rayo Vallecano.
