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El problema central

El Oviedo no corrige la herida atrás: 41 tantos en contra y el equipo más goleado de Segunda - Christian, que partió como lateral, inamovible junto a Carlos; Grippo y Arribas, a la espera

Nieto pugna con Arribas el sábado ante el Alcorcón. LUISMA MURIAS

Un simple vistazo a los datos más elementales de la clasificación de Segunda División ofrece una certeza vislumbrada desde que el Oviedo arrancó la Liga: el problema principal no está en el ataque. El equipo azul no tiene reparos en acechar la portería contraria. No los tuvo con Sergio Egea ni los tiene ahora con Javi Rozada. 34 goles a favor no son los propios de un equipo que lucha por no descender. De hecho, el Oviedo mete más tantos que todos los equipos de abajo y, exceptuando los tres primeros de la tabla, tiene cifras similares a los conjuntos de la zona alta que merodean el play-off a Primera División.

La herida que no se cierra sigue estando atrás y cada vez va a más. El problema central, la endeblez defensiva, lleva ya 41 puñales en forma de goles en contra del Oviedo. Un tanto y medio por partido y el conjunto más goleado de Segunda. Otra losa más a añadir a la blandura en casa esta temporada. Rozada ahora, y Egea en el inicio de la campaña, se cansaron de señalar que la defensa es una labor de equipo, no solo de la línea más retrasada. Precisamente Grippo, el último fichaje presentado en el Tartiere, respondió apuntando en esa dirección recientemente.

Pero los vaivenes de los actores de la zaga han sido una constante desde el inicio del curso. Mucho más que en la zona de arriba, donde se ha llevado una idea continuista salvo excepciones. Como anécdota, el Oviedo formó el sábado ante el Alcorcón con los mismos centrales que salieron en Riazor: Carlos Hernández y Christian Fernández. Rozada, en 22 partidos, ha probado a todos sus efectivos disponibles atrás, pero todos han pasado por el banquillo en un momento u otro de la temporada y la inestabilidad ha sido una constante. La configuración de la plantilla en la defensa ha sido uno de los temas con más debate interno en esta campaña. Ya incluso desde verano.

Michu firmó a Arribas para liderar una zaga mermada tras la marcha de Forlín, Javi Hernández y Alanís. También llegó Javi Fernández, fichaje de Ángel Martín González, que se ha ido cedido al filial del Villarreal. La dirección deportiva, en consonancia con Egea, apostaba por Christian Fernández para competir en el lateral izquierdo con Mossa. Egea, incluso, llegó a decirlo públicamente.

Las circunstancias, sin embargo, volvieron a llevar al cántabro al centro de la zaga incluso con el resto de actores disponibles, a las órdenes de Egea y también de Rozada. Algo no previsto en los planes iniciales. Arnau, a su vez, apostó por reforzar la defensa en el mercado de invierno. Para el cuerpo técnico no era una prioridad acuciante, pero al final acabó llegando Grippo en el último día de mercado. Un perfil con experiencia para darle a la zaga el empaque suficiente en una campaña que se puso cuesta arriba para salvar la papeleta. Sin embargo, el zaguero no ha participado todavía en los dos encuentros en los que estuvo disponible (Rayo y Alcorcón).

Arribas, el fichaje de relumbrón en verano para la defensa (firmó por tres años y supuso un esfuerzo para el club en comparación al resto de fichajes), tampoco parece contar con la confianza plena de Rozada y ante el Alcorcón regresó al banquillo. Para la "final" de Lugo se prevén cambios atrás. De momento, los 41 goles en contra del Oviedo lo sitúan como el más frágil desde 2015. Nunca había encajado tanto.

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