Pasan los días y aún no sabemos las causas de su cese inesperado después de haber sido confirmado por unanimidad al final del choque contra el Alcorcón por el consejo de dirección y el apoyo de Arturo Elías, al menos hasta después del encuentro en Lugo, según recogieron todos los medios de comunicación asturianos: prensa, radio y televisión.

Los que seguimos y defendemos a muerte cómo lo hace y viene haciendo desde su niñez el propio Javi Rozada al Real Oviedo lo necesitamos saber para nuestra tranquilidad.

¿Será, como se dice y se comenta en amplios sectores de la sociedad asturiana deportiva, una deslealtad y falta de la más elemental ética del director deportivo señor Arnau, que mientras apoyaba su continuidad ya negociaba el cese de Javi con un nuevo entrenador el domingo siguiente al partido del Alcorcón, asestándole una puñalada por la espalda el martes siguiente, impropia e indigna al no cumplir el compromiso dado de esperar al partido siguiente en Lugo?

De ser así, sería lamentable e impropio el mantener a una así persona en cargos de responsabilidad en el seno del Real Oviedo, equipo serio y señorial. Tengo la esperanza de que se aclare lo sucedido ante todos los socios y aficionados que vamos al campo.

En lo personal conozco bastante poco a Javi, pero lo seguí siendo seleccionador de Asturias en alevines y su paso por las categorías inferiores del Oviedo, del Covadonga, del Lealtad, al que hizo campeón de Tercera y ascendió a Segunda B, convirtiéndole posteriormente en el mejor Lealtad de la historia en las siguientes dos temporadas en Segunda B.

Su paso siguiente fue el Vetusta, al que hizo campeón de Tercera después de 30 años sin conseguirlo y subió a Segunda B, categoría en la que hacía dieciocho años que no militaba, quedando esa temporada quinto, a un punto de jugar la liguilla de ascenso a Segunda.

Se ganó, a mi juicio, ser entrenador profesional en Segunda División con el Real Oviedo. Es pasional, de fuerte carácter, lo que le valió alguna expulsión que en nada le favoreció y que inmediatamente rectificó pidiendo disculpas y perdón, anunciando que ese pronto que lleva consigo no volverá a aparecer. Amigo de sus amigos, con los que sigue manteniendo una amistad permanente, desde su paso por el Bachillerato y la facultad de Derecho. Abandona la carrera de abogado para dedicarse al mundo del fútbol y su meta la marca en llegar a las categorías más altas con el equipo de su vida, el Real Oviedo.

Me emocionó, al igual que a muchísimos aficionados con los que hablé, su escrito de despedida como entrenador hace pocos días.

Ni un solo reproche a nadie, todo agradecimientos, humildad y saber estar en un sitio en momentos difíciles para él. Se fue con la espinita de "no saber qué hubiera sucedido si lo hubiesen dejado toda la temporada". Reconoce el desgaste, que ha sido más que evidente, y promete regresar.

Nadie en el club ni en la plantilla puso jamás en duda su profesionalidad, entrega y buen saber hacer como entrenador.

Persona amable y humilde es el reconocimiento de quienes le conocen bien.

Espero que se cumplan sus sueños. Es joven y tendrá tiempo para ello. En todo caso, me quedo con su magistral escrito de despedida y, en especial, con este párrafo literal con el que sueña y soñamos todos los que queremos lo mejor para el Oviedo: "Volveré de nuevo más preparado y más experimentado para asumir retos más ambiciosos en el club de mi vida".

¡Ojalá que así sea!, lo que yo fervientemente deseo.