El Oviedo cree que es momento de los capitanes. Christian Fernández analizó el delicado momento del equipo tras perder en Lugo en la vuelta al trabajo y ayer fue el turno de Nereo Champagne, portero suplente desde la llegada de Lunin, ascendido a capitán este año: "Jugamos para ganar y cuando no lo hacemos estamos molestos. Pero el sol ya está saliendo y la tormenta pasa. En seguida se cambia el chip, esto es fútbol y varía mucho de una semana a la otra. Si somos constantes tendremos premio", dijo Champagne.

El veterano portero, de 35 años, tiene experiencia en situaciones delicadas: "De 2010 para aquí peleé el descenso siete veces, cuatro con Olimpo, una con San Lorenzo y otras dos con el Leganés. En eso me baso, en que los compañeros quieran seguir, que entrenen, eso me hace ver con optimismo el futuro", dijo el portero. El Oviedo se entrenó ayer a doble sesión, en El Requexón y en el Tartiere, y hoy volverá al trabajo en la ciudad deportiva a puerta cerrada (16.30 horas).