Tan solo una semana después de aterrizar en Oviedo, José Ángel Ziganda se enfrenta a su primera reforma del equipo. El estreno en Lugo no salió como él quería, de ahí que se pudiera entender que el técnico introdujera cambios en su once. Pero también los habrá obligados: las sanciones a Grippo y Christian, por acumulación de tarjetas, introducirán novedades en la zaga. Alejandro Arribas, llamado a liderar la defensa desde su llegada en agosto, se enfrenta a su reválida.

No está siendo una temporada sencilla para el defensa. A su tardanza en adaptarse al grupo (llegó tarde y con inactividad) se le sumó la mala marcha del equipo. Sí se hizo con el mando con la llegada de Rozada al banquillo, pero el cambio de año ha vuelto a situarle en un segundo plano.

En lo que va de 2020, Arribas ha disputado solo tres encuentros, desapareciendo progresivamente de los planes de Rozada y olvidado por Ziganda en su estreno en Lugo. Ahora tiene la oportunidad de dar un paso adelante.

"No sé si jugaré o no, eso le corresponde decirlo al entrenador. He vivido todo tipo de situaciones a lo largo de mi carrera y ya no me sorprende nada. Pero está claro que la experiencia es clave para ayudar a otros compañeros", analiza el zaguero. "Ojalá pueda transmitir esa tranquilidad que necesita el equipo y que todos demos nuestra mejor versión", añade.

Arribas fue titular, y cuajó un partido completo, en el empate de los azules en Vallecas. Después, salió del equipo. No jugó ni ante Alcorcón ni en Lugo, los dos partidos cerrados con derrota. Ahora vuelve su oportunidad. "Es un partido para que salgan los hombres", proclama.

En cuanto al carril izquierdo de la defensa, el cambio también parece claro. No puede estar Christian Fernández, que en Lugo recuperó su puesto en el lateral, así que Mossa es el único futbolista con condiciones naturales para actuar en esa posición.