La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cumbre de tres expresidentes de las peñas del Oviedo, que analizan la situación del equipo con LA NUEVA ESPAÑA como testigo

"La unión de todos fue lo que nos salvó cuando caímos al infierno"

"Es un error pensar que se tienen que ganar siete partidos; solo hay que pensar en el próximo"

Por la izquierda, Miguel Fernández, Hugo López y Miguel Vicente. MIKI LÓPEZ

Si hubiera una carrera universitaria en la que se estudiara cómo ser aficionado de un club, Miguel Fernández, Hugo López y Miguel Vicente serían catedráticos, tres eminencias capaces de enseñar a cualquier alumno cómo lidiar con una situación complicada, en algunos casos límite. El primero, que además es el actual alcalde de Caso, fundó la Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo (APARO) en 2003, cuando el club vivía el momento más complicado de su historia; el segundo le tomó el relevo en 2007 y tuvo que enfrentar la agónica situación económica por la que atravesaba la institución en 2012, antes de la ampliación de capital, y mojarse integrándose en el consejo de administración que presidía Toni Fidalgo como asesor externo. El tercero ha estado siempre ahí y, cuando Hugo se hizo a un lado, en 2013, le cogió el relevo al frente de la APARO hasta hace dos años, cuando llegó Javier Pérez al cargo de presidente. Por eso, ninguno de los tres se pone nervioso ante la situación que vive ahora el Oviedo, en puestos de descenso, y tienen claro que toca transformar el cabreo en "energía positiva" y esperar a que la liga termine, "bien o mal", para pedir cuentas. Entienden y comparten el enfado, pero, desde la experiencia, piden calma y recetan "unión". "Lo único que nos hizo salir del pozo en su día fue la unión", insiste López.

- ¿Cómo analizan la situación del Oviedo, con el equipo a cuatro puntos de la permanencia?

- Miguel Fernández (M. F.): No es el momento de pasar cuentas a nadie, pero hay que tenerlo en cuenta. No podemos hacer borrón y cuenta nueva. Ahora tenemos que unirnos y tirar todos porque lo estamos pasando mal, pero para los que por suerte o por desgracia vivimos el descalabro del Oviedo esto no es penicilina precisamente; ahora necesitamos la unión de todos y a ver si somos capaces de sacarlo. Ahora, también digo, una vez que pase esto, alguien tiene que empezar a hablar y a contar las verdades porque estamos de mentiras hasta la cabeza. Todos. No tienen que olvidar que un 90% los que sacan el carné, una acción o dos acciones también las tienen y creo que tienes derecho a saber qué estuvo pasando desde tiempo atrás.

- Hugo López (H. L.): No es momento de pasar a cuchillo a nadie. Lo único que nos salvó cuando caímos al infierno, que los que estamos aquí vivimos y que además nos tocó en la medida de lo que cada uno sabíamos o podíamos desescombrar aquel solar, porque aquello no había por donde cogerlo, fue la unión absolutamente de todos. En aquel momento la ruina era tan grande que había una unión que era casi como de posguerra.

- Miguel Vicente (M. V.): Creo que se puede salir y que el principal problema no es de fútbol, veo a equipos que no tienen esa capacidad que demuestra el Oviedo en algunas circunstancias. Uno de los principales problemas es anímico y de ahí la importancia de la afición. El Oviedo es el que más regala en defensa, hay muchos goles que son auténticas concesiones, salidas de balón, pérdidas tontas, cómo repliega el equipo... Si podemos ayudar a evitar esas desconexiones, esas faltas de concentración, creo que hay que intentarlo. Si las cosas salen mal, y si salen bien también, habrá que pedir que se expliquen ciertas cosas, pero en su debido momento.

- H. L.: Los fantasmas del pasado que me matan son cuando veo salir un coche del campo fútbol y gente agolpada mostrando su impotencia.

- ¿Qué esperan del equipo el domingo (18.15 horas) en el encuentro ante el Tenerife?

- M. F.: La afición del Oviedo va a estar ahí. El tema de Carso fue muy importante, la deuda no podemos obviarla, la teníamos, no daba nadie un duro por todos nosotros, pero la afición fue la que tiró por este club en los peores momentos y va a seguir tirando. Me pasa como a Hugo, recordar momentos de estos, de estar como enjaulados, increpando, porque no sabes ya a quien reñir ni a quien echar la culpa. Me trae recuerdos que ya pasaron. Ojo, que no los critico. Hay que ir a Lugo, hay que estar en Lugo, hay que aguantar el partido, hay que salir para afuera cuando fuiste pensando que lo que ibas a traer era al menos un punto. El primer tiempo todos lo vimos y vimos lo que hicimos allí. No quiero criticar a nadie porque a mí me pasó y me seguirá pasando, pero les pido a los jugadores que confíen en que la afición va a estar con ellos hasta el final.

- H. L.: Es un error fijarse en que hay que ganar siete partidos: hay que ganar el próximo. Solo eso. Si ganas, recortas tres al Tenerife, empieza a meterse más gente, y al domingo siguiente te lo vuelves a plantear. Es que si no te generas un objetivo que te puede llevar a la frustración. Hay que afrontar cada partido. Hay que salvarse afrontando cada jornada desde la situación en la que te encuentres en cada momento. Hasta que no dejes de respirar no te mueres.

- M. V.: Y con los pies en el suelo. Caímos alguna vez en el error de que después de ganar un partido importante se trasladó la idea de que ya estábamos fuera de todo peligro, pero la realidad no decía eso, la realidad es que habías ganado ese partido y que íbamos a tener que pelear. Lo que dice Hugo es una realidad. Es lo que nos queda, ir rascando todo lo que se pueda y que haya resultados que nos vengan bien.

- ¿Se puede mejorar la relación entre el club y los aficionados?

- M. F.: Yo tengo que hablarte de una peña, de la que soy presidente, que es la Peña Azul de Laviana, que no está metida en Oviedo. Yo veo ahora situaciones que nos las he vivido en Primera, ni jugando el equipo la Copa de la UEFA. Tenemos jugadores metidos en urnas de cristal, aislados. Están bastante alejados de lo que es la realidad y no pienso tanto en personas como nosotros, que ya somos mayores, pienso en los críos; como ya soy abuelo, a mi nieto traerle una camiseta con el nombre de Saúl Berjón, firmada, es lo máximo que puede tener; y no puedo echarle la culpa a Berjón, que hace lo que puede y que me la firmó, algo que le agradezco enormemente, pero me da la impresión de que falta normalidad. El socio lo único que hace es vivir para el Oviedo. A veces tengo la sensación como aficionado de que estorbo.

- H. L.: Lo que se hizo fue que se vendió un producto, se habla de una industria, jugar al fútbol siempre fue otra cosa, al margen de que moviera dinero, pero ya solo se habla de industria, de mover dinero, el de la Liga de Fútbol, el presidente de la Federación, que si vamos a jugar la Supercopa a Qatar . Y nosotros, ¿qué pintamos en todo esto? Llega un momento en que no pintas nada, no es cuestión de lo que tenga que hacer el Oviedo o no, porque además yo como estuve en el consejo puede malinterpretarse como que puede haber resentimiento, que no lo hay, por eso no sé cuál es la solución en el caso del Oviedo, pero el fútbol en general no hay por donde cogerlo. Es un producto que no me interesa, me preocupa y me quita el sueño el Oviedo, porque es parte de mi vida, y con el que estaré siempre, pero lo que es el fútbol cada vez me importa menos.

- M. V.: Siempre he mantenido que la afición del Oviedo no es la mayor de España, no sé si es la mejor, pero lo que sí tengo seguro es que somos diferentes al resto. Si el Oviedo tiene una situación urgente ahora mismo y a las ocho de la tarde hacen faltan 5.000 personas en La Escandalera, habrá 5.000 personas. Y eso es porque vivimos nuestro oviedismo de una manera muy personal y ese tipo de cosas desde el club sí que hay que abonarlas un poquito porque nosotros la llevamos en vena, pero vienen nuevas generaciones detrás.

Compartir el artículo

stats