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La reforma empieza atrás

El Oviedo ha recibido dos tiros a puerta en contra en 180 minutos y la media era de cuatro por partido - Ziganda prioriza la solidez defensiva en su intento por recuperar al conjunto azul

Sangalli se lanza al suelo para tratar de cortar un pase de Luis Milla, ante la mirada de Luis Pérez, Aitor Sanz y Bermejo. IRMA COLLÍN

Cuando Lasure probó con un zurdazo lejano, avanzado ya el segundo tiempo, apareció una novedad en escena: Andreiy Lunin. El meta cedido por el Madrid, que aterrizó en El Requexón bajo la promesa de darle un plus al rendimiento defensivo, despejó con seguridad hacia un costado, como marcan los cánones. Fue su única aportación a un partido tranquilo en las inmediaciones del área. No fue la mejor versión del Oviedo. Lógico, por otra parte, cuando el equipo juega al borde del precipicio. Pero el encuentro permite sacar alguna conclusión positiva más allá de los decisivos tres puntos por la salvación. Y casi todas esas conclusiones tienen que ver con el rendimiento defensivo.

Ese único tiro a puerta de un Tenerife tan dominador como poco afilado se sumó a idéntico saldo ofensivo mostrado por el Lugo en el estreno de Ziganda como entrenador. Desde que el navarro se hizo cargo de la nave azul, se ha propuesto como primer mandamiento que el equipo mejorara atrás. Y los datos le dan, de momento, la razón. El Oviedo de Ziganda recibe un disparo de media entre los palos por encuentro mientras que la media antes de su llegada, con Egea y con Rozada, era de más de cuatro por cita.

El entrenador se ha encargado de dejarlo claro desde el primer día en el Oviedo. No se trata de hacer revoluciones, sino de aprovechar el trabajo realizado y tratar de ponerle su toque personal. Y esa intervención del navarro se dirige, como principal foco, al rendimiento defensivo.

La meta sin accidentes de Lunin supone para los azules quitarse un peso de encima. El que les acompañaba desde la jornada 16.ª , en el derbi contra el Sporting, la anterior ocasión en la que el Oviedo no encajó un tanto. Lo sucedido el domingo deja al equipo con cuatro porterías impolutas en lo que va de competición. Los otros dos precedentes, ante el Tenerife en la isla (victoria carbayona 0-1) y el empate sin goles frente al Almería en el Tartiere.

El Oviedo es el equipo de la categoría que menos veces ha experimentado la sensación de no recibir ningún tanto. El Racing, en 6 ocasiones, y Ponferradina y Mirandés, en 7, acompañan a los azules como los que menos veces lo han logrado. En el otro extremo, la trayectoria defensiva del Zaragoza, que ha logrado mantener a los delanteros rivales a raya en 12 ocasiones.

El Extremadura será el siguiente rival en la carrera por la supervivencia. Y también, una ocasión perfecta para comprobar si el rendimiento defensivo de los azules ha dado un paso adelante o solo se trata de dos casos aislados. Buena parte de las opciones azules pasa por consolidar la mejoría atrás.

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