Antes del miniderbi (el Vetusta y el Sporting B se ven mañana las caras en el Tartiere), elogio de asturianía. Emilio Cañedo (Oviedo, 1972), técnico del Vetusta, lo tiene claro. Que los filiales de los equipos más importantes de la región, rivales históricos, compitan en Segunda B es para que la Asturias futbolera lo festeje. "Esta semana reflexionábamos y desde el punto de vista de la rivalidad sana me da la sensación de que somos afortunados: el Sporting, el Oviedo, la región y la ciudad. Tener dos equipos filiales, con 32 futbolistas menores de 21 años, que compiten, en una categoría compleja y sacrificada y con dignidad es un lujo para la región", dijo Cañedo ayer en El Requexón.
El Vetusta de Cañedo, que mañana afrontará su segundo derbi ante el Sporting B tras vencer en la primera vuelta en El Molinón (0-1), llega al encuentro tras caer ante el Racing de Ferrol. Para el ovetense son circunstancias que se pueden trabajar para plantar cara al eterno rival. "Las derrotas siempre te merman la confianza y la línea de trabajo, sobre todo si era buena. Pero las circunstancias del otro día son controlables, tenemos confianza en hacer un buen partido y ser reconocibles. Ellos vienen en una dinámica buena, positiva. Es un partido de rivalidad y será competido", dijo el ovetense.
Cañedo, que finalmente recupera para el partido al delantero Javi Cueto, que tuvo molestias durante la semana, admitió que el de mañana no es un partido más: "La rivalidad existe y tratamos de enfocarlo hacia una forma sana. En el aspecto motivacional nos cuesta menos que en otras ocasiones". Por último, el técnico quiso agradecer al club la oportunidad de jugar en el Carlos Tartiere. "Para nosotros, que somos de casa, es una satisfacción que el club nos dé la opción de utilizar el Tartiere. Que los jugadores sepan la trascendencia del partido, porque será con más gente de la habitual", indicó el ovetense.
