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El "estilo Ziganda": mejor defensa y más alternativas

Los azules, fuera del descenso tres semanas después

Nieto disputa un balón con Álex Alegría en el choque del sábado. LOF

La euforia, en el cuerpo; y en la pizarra, en pleno vestuario del Francisco de la Hera, un mensaje directo: "No hay tregua". La esencia de José Ángel Ziganda ha quedado resumida en sus tres semanas al frente del Oviedo. Frases directas, conceptos sencillos y una recuperación progresiva. Nada de revoluciones. Su lema en el club azul puede ser la sentencia que dejó tras el choque frente al Extremadura: "He venido 14 semanas a fuego; ahora hay que aprovechar la ola". Bajo la apariencia de hombre tranquilo, Ziganda trata de inculcar un estilo aguerrido que en Almendralejo alcanzó su máxima expresión. El Oviedo trata de sobrevivir en la competitiva lucha por salir de los puestos de abajo. El cambio de entrenador ha dado como resultado un equipo con nuevos registros que trata ahora de agarrarse a la ola de buenos resultados.

La defensa es lo primero. Un simple vistazo al once que Ziganda ordenó en Almendralejo sirve para hacerse una idea de lo que buscaba el navarro: Bárcenas, en la izquierda; Berjón, en el banquillo. Dos líneas juntas de cuatro hombres y dos delanteros que entorpecieran el inicio de la jugada local. Al final del choque, Ziganda explicó la decisión en la facilidad del panameño para tirar desmarques y en su capacidad de trabajo. Como ya sucedió ante el Tenerife y se intentó en Lugo, el técnico quería dejar bien marcadas las pautas defensivas antes de discutir otras cuestiones. El Oviedo de Ziganda; al contrario que hacía el de Rozada, que solía ir a buscar al rival descubriéndose atrás; trata de guardar sus espaldas. Los resultados están llegando con la nueva fórmula. Lugo y Tenerife solo probaron una vez a Lunin; el Extremadura, que tiró 4 veces a puerta, solo pudo marcar a los 92 minutos de encuentro. El Oviedo ya ha abandonado la condición de equipo más goleado, un síntoma ideal para pensar en un futuro más halagüeño.

Un once sin fijos. Borja Sánchez fue el mejor ante el Tenerife: en Almendralejo fue suplente. Saúl Berjón es, seguramente, el que más talento tenga de la plantilla: ocupó el mismo lugar el sábado. Bárcenas, que llevaba tiempo sin aparecer en los planes desde el inicio se hizo con un puesto en la banda para cumplir con la orden que emanaba del banquillo: ayudar en defensa y tirar desmarques. Ziganda tiene su grupo inamovible (Lunin, Carlos Hernández, los pivotes, Rodri?) pero cualquier posición está abierta al cambio. En la búsqueda del equilibrio demandado, todos cuentan para el entrenador.

La euforia, lejos del equipo. Parecía que el discurso estaba estudiado, como si Ziganda se hubiera propuesto alejar cualquier síntoma de euforia en su intervención ante los medios en el Francisco de la Hera. Repitió el técnico que el trabajo sería el mismo independientemente del resultado. "En nuestra situación no puede haber ningún síntoma de euforia", recitó después Sangalli. El equipo vuelve a sonreír tras un periodo de preocupaciones (Lugo como ejemplo de estado de ánimo más bajo), pero el equipo sigue igualado con el Dépor, que ocupa puesto de descenso. Ganar a la Ponfe el sábado parece esencial para mantener la buena dinámica.

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