Aún hay tiempo para rectificar el rumbo en casa. La marcha defectuosa de los azules esta temporada como locales es uno de los males reconocidos que lastra la trayectoria del equipo, diseñado para pelear por las primeras plazas pero al que la realidad le ha situado en una agónica pelea por mantener la categoría en las 11 jornadas que restan. Espoleado el equipo por dos victorias que suponen una bombona de oxígeno, el calendario quiere ahora que sea el Carlos Tartiere el que decida el futuro inmediato de los de Ziganda con dos encuentros consecutivos en casa. Salir de la zona de peligro y empezar a pensar en la rehabilitación definitiva depende, en gran medida, del rendimiento del equipo en las dos próximas semanas. Y el club quiere aprovechar hasta la última ventaja que le ofrezca el estadio azul.
Por esa razón, el Oviedo ha decidido mantener las costumbres de los tres últimos partidos en casa y también esta vez se lanza una campaña para fomentar la asistencia de aficionados al campo de cara al choque del sábado ante la Ponferradina (18.15 horas). Cada socio del conjunto carbayón puede retirar dos entradas de acompañante al precio de 5 euros. Para hacerlo, deberá presentar el abono de la actual temporada.
La medida no se limita a los acompañantes de socios, sino que, como ocurrió en anteriores ocasiones, también hay prevista la entrega de paquetes de entradas a diferentes colectivos: colegios que hayan hecho actividades con el club, peñas azules que así lo soliciten y a los autobuses de la Línea Azul.
Las entradas se pusieron ayer a la venta en las tiendas oficiales del club y a partir de hoy también pueden adquirirse en las oficinas del Tartiere. El Oviedo habilitará taquillas para vender el mismo sábado en el estadio.
El club espera que la respuesta de la gente sea similar a la de los tres últimos partidos en casa, cuando la afluencia en el campo mejoró de una forma notable. Ante el Albacete, jornada 26.ª, la primera vez que se ofertaron entradas a precios reducidos, acudieron al campo 17.735 espectadores. Contra el Alcorcón, en la 28.ª, fueron 18.247. Y en la 30.ª, frente al Tenerife, 16.814. En total, 17.599 aficionados de media en estas tres citas, lo que supone un incremento considerable a lo que se venía viendo durante toda la temporada. Antes de que el club echara mano de estas medidas, la asistencia era de 11.933 espectadores. Después de las mismas, ha pasado a los 13.067, la sexta más alta de Segunda por detrás de La Romareda (21.911), El Molinón (17.567), Riazor (17.370), Ramón de Carranza (15.842) y La Rosaleda (15.841).
La media de aficionados ha descendido de forma importante respecto a anteriores campañas (también lo ha hecho el número de socios), pero el ambiente creado en los tres últimos partidos permite maquillar las cifras. En el club se espera que ante la Ponferradina se viva un ambiente similar a la de los más inmediatos precedentes, con un par de factores a favor de la afluencia de gente. El primero, el horario. El choque se disputa el sábado a las 18.15 horas, una bendición en comparación con algunas de las franjas horarias que tiene previstas la Liga. El segundo, la trayectoria del equipo. Los dos últimos triunfos no han hecho disparar la euforia, pero sí cierto optimismo que se pretende que sea refrendado en los duelos seguidos en el Tartiere.
También influye el hecho de que el Oviedo celebra en los prolegómenos su fiesta de aniversario, organizada por Symmachiarii y la APARO, por lo que se espera que la asistencia al estadio pueda sufrir otro empujón.
Al choque frente al conjunto de El Bierzo le sigue otro a disputarse en el municipal ovetense, contra el Deportivo de la Coruña, un choque que tendrá lugar el sábado 21 de este mes, a las 18.15 horas. El Dépor llegará en una situación de peligro similar a la de los azules.
