La duda en las horas previas radicaba en si Ziganda encontraría un hueco en su once para el talento de Borja Sánchez, el mejor de los futbolistas azules sobre el césped ante el Tenerife. Pero cuando el Oviedo hizo público su once, la atención se desvió hacia otro lado: la suplencia de Saúl Berjón, capitán y líder del equipo. Yoel Bárcenas ocuparía su posición en la banda izquierda. Ziganda demostraba con esa decisión que nadie tiene un lugar asegurado en el equipo y que sus onces siempre están abiertos a los cambios.
Las alternativas para formar parte del equipo inicial este sábado se vuelven a abrir. Ziganda explicó la apuesta por Bárcenas en el once en su capacidad para lanzar desmarques y su trabajo y disposición durante la semana. La decisión del navarro estaba condicionada por las especiales características que rodeaban al choque: el juego directo del Extremadura, con Álex Alegría como principal destinatario de cada balón aéreo.
Para la cita ante la Ponferradina, las condiciones cambian. Y con ellas, también puede hacerlo la apuesta de Ziganda. De momento, el técnico ha optado por equipos que se muestren sólidos y eficaces atrás como primer paso en la lucha por la salvación. Los dos jugadores de más talento del equipo esperan su oportunidad.
Berjón ha ido perdiendo protagonismo con el nuevo entrenador con el paso de las semanas. Fue titular en Lugo. No estuvo acertado pero completó los 90 minutos. Ante el Tenerife, después de haber sido el hombre más insistente de los azules en un primer tiempo de tono gris, Ziganda decidió sustituirle por Borja Sánchez a los 60 minutos. El protagonismo ha ido menguando hasta lo sucedido en Almendralejo, cuando ingresó en el terreno de juego a los 89 minutos de partido.
Con Borja Sánchez, la situación es aún más enigmática, ya que el canterano ha vivido tres experiencias diferentes desde la llegada de Ziganda al banquillo. En su primer partido, el duelo del Anxo Carro, el preparador decidió prescindir del ovetense en su convocatoria. Su única aportación tras el relevo en el banquillo llegó 7 días después, cuando Borja entró en escena en la segunda mitad contra el Tenerife para asumir el protagonismo en ataque y echarse el equipo a la espalda. Participó de forma decisiva en la jugada que dio origen al penalti. Pero en Extremadura, su situación volvió a cambiar. Borja esperó su turno en el banquillo sin que le llegara la oportunidad de aportar sobre el terreno de juego.
Los dos piden su sitio en un choque en el que la calidad ante un rival más cerrado puede marcar diferencias.
