El Oviedo sigue trabajando pendiente de la crisis del coronavirus. Por eso, sus planes se ven alterados día a día. La sesión de entrenamiento prevista para esta mañana fue cancelada en la tarde de ayer, pero el club recalca que sigue con su intención de que los futbolistas trabajen a puerta cerrada la semana que viene, aunque admite que el escenario puede cambiar en cualquier momento. José Ángel Ziganda, entrenador del club azul, se mantiene atento a lo que pueda suceder, consciente de que el fútbol, en momentos como este, pasa a un segundo plano. "Debemos ser muy cautos, muy precavidos y seguir todas las pautas que nos están dado. La situación es muy delicada, y tenemos que ser muy cuidadosos con la enfermedad y correr el menor riesgo posible", expuso el técnico.

Ziganda apela a la conciencia social de cada uno: "Se trata de una responsabilidad de cada uno. Mientras el fútbol sea nuestro mayor problema es una bendición. Lo que nos queda es dar ejemplo en precaución y prevención".